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Viernes, 19 de agosto de 2005

MUSICA › EMPIEZA EL FESTIVAL “BUENOS AIRES PERCUSION”

“La percusión es movilizante”

Rodolfo García, organizador del encuentro que arranca hoy, no deja de sorprenderse por el arrastre que los parches están teniendo en Buenos Aires. Habrá ofertas para todos los gustos.

Casi doscientos músicos y treinta y cinco conciertos en siete días son números suficientes como para prever la relevancia que tendrá la cuarta edición del Buenos Aires Percusión, una iniciativa de la Dirección de Música de la Secretaría de Cultura de Buenos Aires que se desarrollará, salteada, entre hoy y el 28 de agosto en dos espacios culturales: el Julián Centeya (San Juan 3255) y el Del Sur (Caseros 1750). “En los últimos años, el interés por la percusión creció notablemente”, opina Rodolfo García, uno de los organizadores. “Creo que tiene bastante que ver con el auge mundial de lo que el marketing llama world music, porque hay muchos puntos de contacto con ella”. En efecto, el aspecto que focaliza el ex baterista de Almendra y Aquelarre se relaciona con el eclecticismo de géneros que, bajo el mismo espíritu, englobará la muestra. En términos estrictamente musicales, convivirán un abanico de tendencias para amantes y curiosos: desde artistas con formación académica –Paralelo 33, Marcos Cabezaz–, hasta jazzeros como Pepi Taveira y Fabián Pérez o artistas vinculados a la música contemporánea, como Daniel Serale y el dúo Kreintzies/Bay, entre muchos otros. “Yo creo que grupos como Olodum u otros de samba reggae brasileña han impactado bastante en muchos argentinos que se fueron de vacaciones a Brasil. La percusión es muy movilizante..., basta con ir al Parque Lezama los domingos y permanecer allí desde el mediodía hasta la noche para tener una dimensión de ello”, grafica García.
–¿A qué otro factor atribuye el auge de la percusión? Históricamente, nunca se vio tanto interés en Argentina por este tipo de expresiones musicales.
–Hay intereses particulares fuertes, necesidades de la gente por estudiar cosas relacionadas con el género. Me asombró desde el primer festival el hecho de tomar contacto con gente que estudia percusión desde lo académico, instrumentos como la marimba o el vibráfono. A mí, que siempre estuve más relacionado con la música popular, eso me sorprendió, porque no pensé que había tantos especialistas. También tiene que ver con el auge de la música de las diferentes etnias. El común de la gente ya la empezó a consumir. El fenómeno se nota en las disquerías de Corrientes, donde se compran cosas extrañísimas. Es llamativo cómo se coló aquí.
En rigor, más allá de los artistas consagrados en el rubro –La Chilinga, Mariana Baraj, Puente Celeste o Rataplán–, el BAP presentará números un tanto excéntricos para el argentino medio. Por ejemplo, un atípico terceto llamado Cuatro No, que indaga sobre música hindú con bajo, batería y sitar, con el objeto de evitar ritmos binarios. “En un tiempo remoto –dicen– una oscura conspiración decidió dominarnos imponiendo la música en cuatro por cuatro. Ahora, para liberarnos de la esclavitud, desafiamos las presiones de la Iglesia Católica y el conservatorio nacional.” Otra rareza es Terrestr3s, agrupación de percusión experimental basada en la fórmula mágico-tántrica. O un dúo tentador conformado por Laura Pizzarelli y Santiago Michael, que mixtura sonidos autóctonos –bombo legüero, sikus– con música proveniente del Africa subsahariana, que transportan a través del udu. “Pasan muchas cosas –sigue García–, hay tipos que se fueron a estudiar a Senegal con músicos nativos de allí y ahora dan cursos aquí sobre lo aprendido. También luthiers, que se dedican exclusivamente a fabricar tambores africanos de diferente índole. Es sorprendente.”
Los números musicales se mezclarán con clínicas “del palo”, como la que ofrecerán Fabián Keoroglanian –vibrafonista del dúo Puente Alsina– sobre las posibilidades técnicas y estilísticas del vibráfono, o Ari Sender –líder del grupo de impronta africana Tribu Womberé– sobre danzas y músicas características del continente negro. U Odair Tabarez, que ilustrará acerca de las raíces del candombe uruguayo. Los organizadores prevén también proyectar DVD con performances a cargo de referentes foráneos y vernáculos como Sonny Paine, Cozi Cole, Jota Morelli o Daniel Colombres, por mencionar algunos. “Así como al festival de jazz vinieron Arthur de Faria o Ricardo Silveira –agrega García–, a este vendrán músicos de Chile y Alemania. La idea es tener una visión de lo que está ocurriendo fuera de nuestras fronteras, algo que seguramente se profundizará en los años siguientes.” Entre los números extranjeros, entonces, el festival contará con las presencias de Piny Levalle y Kalimarimba, de Chile, y del Daniel Messina Trío, cuyo líder, aunque argentino, está radicado hace mucho tiempo en Alemania e incluso trae dos instrumentistas germanos: Ulrico Moeck en piano y Thomas Rotter, en bajo eléctrico, con quienes suele tocar en el tradicional Jazz Edge de Stuttgart.

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En el festival habrá doscientos músicos, 35 shows, clínicas y proyección de DVD.
 
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