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Sábado, 16 de agosto de 2014

MUSICA › LARRY MCCRAY ACTUARA HOY JUNTO A SU BANDA EN LA TRASTIENDA

“Pappo era bueno como el oro”

Asiduo visitante de Buenos Aires, el guitarrista aprovechará que viene por primera vez con banda propia “para poder tocar más de mi música y no hacer tantos covers”. Recuerda la “intensidad” de Pappo y el amor por el blues de los argentinos.

 Por Cristian Vitale

La primera vez que Larry McCray pisó suelo argentino fue en 1992, pleno boom del blues criollo. Había llegado como parte de la banda viajera de dos grandes referentes del género (James Cotton y Hubert Sumlin) y jura y perjura ante Página/12 que no se quería ir. Es más, que lloró cuando no quedaba otra. “Encontré un montón de fanáticos del blues aquí, muchos grandes músicos de blues y de jazz y realmente amo venir, es uno de mis lugares favoritos. Tanto que aquella primera vez fue una de las pocas veces que lloré cuando tuve que volver a casa”, testimonia el guitarrista que, si se le toma el relato al pie de la letra, puede que esté atravesando una situación parecida. Ya no como “acompañante de”, sino como líder de su propia banda, el guitarrista nacido hace 54 años en Arkansas y criado en Michigan se mostrará en La Trastienda (Balcarce 460) con el fin de activar una prometedora fecha de blues, hoy, a las 21. “Pese a que fui muchas veces a tocar a Buenos Aires, ésta será la primera vez que voy con mi propia banda, por lo cual espero poder tocar más de mi música y no hacer tantos covers”, prevé McCray que, en efecto, llega al país acompañado por Steve McCray en batería, Kerry Clark en bajo y Stephen Boone Jr. en teclados.

–Piensa evitar covers, pero Gibson Session –el disco que publicará en breve– es de versiones...

–(Risas.) Sí, así es... qué paradoja ¿no?, lo cierto es que tal vez haga alguno puntualmente pero, como dije, planeo tocar fundamentalmente mis propias composiciones y creo que como la banda va a estar ahí, la intensidad va a ser muy buena.

Habrá que abstraerse entonces de escuchar piezas como “Waiting For The Bus”, de ZZ Top; “Stealin”, de Uriah Heep o “Love The One You’re With”, de Crosby Still & Nash –tal vez las remakes más notables del disco por venir– y orientar oídos hacia el vasto acervo de canciones que el guitarrista ha construido a lo largo de su trayecto. Que comienza con el ya legendario –y alabado– disco debut (Ambition) y llega hasta el CD epónimo, publicado en 2007. “Como fuera, la gente que me conoce va a reconocer mi sonido, y no importa lo que haga, sigo siendo yo. Ninguna canción mía está tan lejos de otras como para dejar de pertenecer”, se ríe el explosivo guitarrista que porta en su haber actuaciones y/o grabaciones junto a Albert Collins, los Allman Brothers, Eric Clapton, James Cotton, Hubert Sumlin, Miguel Botafogo y el mismísimo Pappo Napolitano. “La primera vez que vine a la Argentina tuve la suerte de conocer a Pappo, a Botafogo, y a un montón de otros músicos buenos, y fue un privilegio para mí, porque ellos venían a ver a Cotton y a Sumlin y como yo estaba en la banda, tuve la oportunidad de conocerlos y hacerme muy amigo y me mantuve en contacto durante más de veinte años.

–¿Qué impresión le causó Pappo, puntualmente?

–Era bueno como el oro y realmente extraño su entusiasmo por la música y su gusto por la vida. Era el tipo de persona que no se guardaba nada, si te amaba, te amaba. El amaba la música, el buen vino o lo que sea, amaba un montón y creo que cuando tenés esa clase de gusto y apreciación por la vida la vivís al máximo. En lo específicamente musical era un gran guitarrista. Escuché unas cosas de él, de los comienzos de su carrera, y realmente la rockeaba. Me recuerda un montón a una especie de mezcla de Stevie Ray Vaughan y Robin Trower. Era muy intenso, muy agresivo, muy bueno.

–¿Y Cotton y Collins y Sumlin?

–Bueno, man (risas) toda gente con la que soñaba compartir escenario, pero no me imaginaba que se iba a hacer realidad. Viví en un mundo de sueños por un montón de tiempo, me tomó bastante tiempo volver a la realidad y darme cuenta de lo que había pasado y lo que estaba pasando, fue increíble. Las cosas que más recuerdo es que eran iconos del mundo del blues, de la industria de la música, pero aun así nos enseñaban como personas normales, accesibles. Podías preguntarle lo que sea, ir a Hubert y decirle “hey man, ¿que es eso que hiciste”, o “que pensás de esto?”. Lo mismo con Collins. Cuando giramos con Gary Moore en 1991, él venía a nuestro camarín todas las noches y se quedaba un rato con nosotros, tocando un poco para poder relajarse antes de subir a tocar con Gary. Esa gente nos hizo saber que no importa cuán alto llegues, todos nos ponemos los pantalones y los zapatos de la misma manera, y eso es lo que amo de ellos.

–Si bien el blues es el eje sobre el que gira el grueso de su producción, el soul –a través de su voz, centralmente– y el funk suelen aparecer como géneros auxiliares. ¿Es algo premeditado, instintivo, natural?

–Para mí el soul y el funk son simplemente los hijos del blues. Quiero decir, cuando escuchás soul, ¿cómo podés negar la influencia del blues?, lo mismo con el funk, que llevó el ritmo a un golpe más esporádico y espontáneo, pero cuando escuchás a bandas de los ’70 como Sly and the family stone, todas estaban influenciadas o vinieron directamente del blues. El blues definitivamente influyó sobre el jazz, al soul y al funk. En mi caso puntual, creo que soy un bluesman porque ahí están mis raíces, ahí están mis comienzos, pero siempre traté de alterarlo un poquito. Eso es lo que siempre nos dejó lugar para crecer, y la única manera de crecer es haciendo nuevas cosas.

–Pregunta recurrente: ¿influencias?... porque nunca se es uno mismo del todo...

–(Risas.) Bueno, sí claro. Mis principales influencias fueron Albert King, B. B. King y Freddie King, los tres reyes, y Albert Collins, el príncipe. Siempre tuve la idea de hacer un disco y llamarlo la realeza del blues (risas). Y la explicación es que cuando era adolescente, esa gente era la más popular en la música... fueron quienes me motivaron a querer tocar. Siempre me vi en términos de ese estilo, y esa generación está muy cerca mi corazón musical, incluso más que la mía.

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