espectaculos

Martes, 10 de septiembre de 2013

PLASTICA › LILIANA PORTER INAUGURA EL JUEVES EN EL MALBA

Grandes hazañas en miniatura

La consagrada artista argentina –residente en Nueva York– trabaja en estos días en la realización de una gran instalación que presentará pasado mañana en Buenos Aires. Del humor a la paradoja y de la representación a la teatralidad.

 Por Fabián Lebenglik

Pasado mañana, Liliana Porter (artista nacida en la Argentina en 1941, que vive y trabaja en Nueva York) inaugura en el Malba una instalación –especialmente hecha para el espacio del museo–, que se completa con una serie de obras sobre papel.

La instalación se desarrolla en gran parte sobre un conjunto de tarimas planas contiguas, de distintos tamaños. Y allí se despliega la puesta en escena del mundo de Porter: sus juguetes, adornos, souvenires y demás objetos y fragmentos de la cultura de masas que traen consigo una carga simbólica cristalizada, la cual, según el caso, será neutralizada, potenciada o contrariada por la artista.

La muestra, que lleva por título El hombre con el hacha y otras situaciones breves se abre entonces, literalmente, con un hachero en miniatura y a partir de ahí se entra en la “lógica Porter”, donde la representación y el tiempo se ponen en cuestión a través de escenas en donde priman la paradoja y el humor.

El hombre con el hacha tiene tal cantidad de trabajo (hecho o por hacer) que la labor se transforma en hazaña. Y dentro del relato-marco del hachero se desarrolla una multitud de otros relatos que hay que ir descubriendo. Si entre los fragmentos y escombros (en miniatura) aparecen una flores, habrá allí alguien que riega. Si siguiendo la trama nace un camino, habrá un caminante; y si hay un ovillo o un tejido, también será como resultado de acciones “laborales” de alguno que desenreda y de otra que teje.

Lo que se ve en las obras de Porter es que la lógica las vuelve infinitas, del mismo modo que el trabajo de la propia artista sigue sin fin. En palabras de la propia artista: “Mi obra incluye grabados, dibujos, instalaciones, objetos, proyectos de arte público, fotografía, film y video. Los temas recurrentes parten de reflexiones acerca de la representación, del concepto del tiempo y de ese espacio ambiguo entre lo que llamamos real y las imágenes. En los últimos años, casi sin darme cuenta, ha ingresado a las obras un variado elenco de protagonistas que son objetos ‘inanimados’: pequeñas figuras, adornos, cosas encontradas en mercados de pulgas. Ellos actúan dentro de un espacio monocromo y vacío, en un tiempo no lineal, más abarcador”.

Las piezas, adornos, juguetes y objetos incluidos en sus obras (citados, apropiados, recobrados o rescatados) pasan a formar parte de una nueva situación de laboratorio en la que se las vuelve a nombrar, se les da una personalidad y un protagonismo distintos del que traían de origen; se les organiza un nuevo, módico, contexto, para generar el efecto de mundo autónomo. En este sentido, la artista dice que “cuando incluyo estos elementos –como juguetes y adornos– no lo hago por nostalgia de la infancia ni por afán de ver las cosas desde la mirada infantil, sino que lo hago y lo pienso desde ahora, como adulta. Pero si el juguete es infantil, pensemos que el adorno es adulto... porque los adultos somos animistas, nos gusta rodearnos de objetos que vean transcurrir nuestras vidas”.

Las múltiples procedencias de sus objetos, las diferentes temporalidades que les eran propias, así como los distintos planos de representación, convergen en cada nueva obra y ahora todas las obras (o un repertorio más o menos reducido) conforman una nueva gran obra. Literalmente una cosa trae a la otra, en una secuencia de hilaciones sorprendentes, retrospectiva y prospectiva el mismo tiempo, porque tanto reúne obra anterior como la recrea y proyecta otra, nueva. Aquí pueden verse encuentros inauditos y correspondencias inéditas.

Porter le pide al espectador de sus obras el mismo tipo de “contrato” de provisoria credulidad que se genera entre un lector y un libro, entre cinéfilo y película, o entre el espectador y la obra teatral.

En esa suerte de pacto se establece una momentánea sincronía de temporalidades, hasta entonces heterogéneas, donde toda diferencia es abolida transitoriamente.

Esta gran instalación (en miniatura) reúne de manera novedosa varias de las obras de la serie “Trabajos forzados”, donde personajes diminutos acometen con resignada entrega un trabajo más o menos mecánico y rutinario, que por razones de escala adquiere una envergadura casi épica.

Cada personaje, a partir del hachero, se enfrenta a una gran tarea, completamente desproporcionada. En tales hazañas se pone en juego la relación de necesidad inherente al mundo del trabajo, que casi siempre se acepta mansamente, tanto como su inevitable carácter rutinario.

En su instalación, la artista condensa en una sola, misma escena, el producto del trabajo realizado y/o por realizar durante toda una vida.

De algún modo, esta serie subraya la enormidad del mundo del trabajo, la relación desproporcionada entre lo mucho que se pone en él y lo poco que se suele recibir a cambio; lo heterogéneos que acostumbran ser los trabajos en relación con los deseos.

Toda la obra de Porter trata sobre la representación y buena parte de ella tiende a la teatralidad, de modo que el paso siguiente en la obra de la artista, como parece “natural”, es el teatro. Es así que durante 2013 Porter pasa más tiempo en Buenos Aires, porque está trabajando en una obra de teatro propia que espera estrenar antes de fin de año. Una pieza en la que se cruza un trabajo muy cuidado entre la palabra, la música, las convenciones teatrales y la reunión de cosas que parece imposible.

En el marco de la exposición, el museo editará un catálogo de Liliana Porter con un registro fotográfico exhaustivo de la instalación y se presentará el libro Liliana Porter: en conversación con Inés Katzenstein, que acaba de ser publicado por la Fundación Patricia Phelps de Cisneros.

* La exposición se abre al público el viernes 13 y sigue hasta el 18 de noviembre, en el Malba, Figueroa Alcorta 3416.

Compartir: 

Twitter

“El hombre con el hacha” (det. arriba y abajo), de Porter.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.