8

de D. O. Russell.
Con Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y R. De Niro.
2012, 122 min.
Transeuropa.

Como en varias de sus películas, David O. Russell –realizador de Flirting with Disaster y Tres reyes, entre otras– vuelve a explorar los lazos familiares. Como en la previa El ganador, el segundo hogar es aquí un espacio, cuya solidez el mundo (y el cine) contemporáneo tienden a hacer desaparecer: el barrio de clase media-baja. A esos dos ámbitos que son de contención y neurosis regresa el protagonista, rescatado por su madre (esa mujer-duende llamada Jacki Weaver) del centro de salud mental en el que pasó los últimos años. La locura: otra fijación de Mr. Russell, apostando aquí a la posibilidad de hacerle frente de la mano de una chica-tornado, a la que la rotunda Je-nnifer Lawrence vuelve tumultuosamente verdadera.

6

de Jonathan Levine.
Con Nicholas Hoult, Teresa Palmer y J. Malkovich.
2013, 98 min.
Transeuropa.

Esta película de Jonathan Levine (el de 50/50) confirma que el cine de zombies da para todo. Para imaginar un mundo futuro en el que grupos paramilitares, dirigidos por el presidente de los Estados Unidos (John Malkovich), salen a cazar muertos-vivos, que cumplen el papel de resistencia subterránea. En escenarios entre abstractos y baldíos, Levine mete a Romeo y Julieta con la hija del Presi (miembro de uno de esos grupos) enamorándose de un zombie joven, tan melancólico y, en el fondo, romántico, como Edward Scissorhands. Zombie emo, depre y de mechón caído, que vive en un viejo avión abandonado. Una dosis de cursilería viene a joder un poco las cosas. Pero no hasta el punto de quitarle a Warm Bodies su condición de pálida rareza.