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Jueves, 13 de mayo de 2010

MUSICA

Un maestro que enseña sin decir

- Jaime Roos: “Hugo fue el primer ídolo uruguayo de mi infancia. Antes de Los Shakers, yo tendría ocho años, lo vi tocar en Peña de Jazz, calle Convención, Montevideo, llevado por tío Georges. No se trataba únicamente de su música. Había en él una aureola estelar, carisma, estilo, fuera de lo habitual. Los Shakers, ese grupo que Hugo tanto maldice, en mi escolar ranking personal eran la segunda banda mejor del mundo, luego de Los Beatles. Años después, analizando el fenómeno, supe que habían sido un invento de la industria como sucedáneo criollo de los ‘genios de Liverpool’. Pero Hugo no pudo con su vida y creó canciones maravillosas en esa época, que trascendieron ampliamente la maniobra comercial. Crecí, maduré y comencé a llevar adelante mis canciones. Allí Hugo (junto a Mateo, Rada, Urbano, su hermano Osvaldo, los grupos El Quiento, Totem, Opa) se convirtió en una enorme influencia que me marca hasta el día de hoy. Sin Los Beatles y ellos (y algunos pocos más) no estaría donde estoy. Vaya a saber dónde hubiera ido a parar”.

- Mono Fontana: “El Hugo es un ser humano increíble y es también un maestro de esos que enseñan sin decir. Frente a él, nosotros callamos, escuchamos y aprendemos. Es un personalísimo pianista, acordeonista, cantante, arreglador, guitarrista, tecladista, letrista y compositor que, además, refleja el lugar de donde proviene. Cuando él interpreta sus composiciones se pueden aprender y sacar sus cosas, pero muy distinto es cuando él las toca. Hugo es uno de esos artistas irrepetibles, únicos. No es igual el mundo sin Hugo, por lo menos para mí. Creo que todo es un espejo de lo que pasa en su interior, ahí está todo”.

- Liliana Herrero: “Hugo se expresa a través de su música. Cuando uno escucha sus composiciones comprende que algo muy hondo lo atraviesa, que es el resultado de una notable reflexión sobre la música, aunque nunca lo declare. Cuando habla dice cosas como éstas: que las cosas le salen así nomás, casi en total ausencia de reflexión, que él es simplemente muy estudioso, y que se maneja con ciertos acordes acotados pero no desarrolla un despliegue armónico exhaustivo. Una especie de timidez o de disconformidad en aquello que él mismo hace lo caracteriza. Su música, así, parece una especie de travesura y de revancha de lo que es capaz de hacer alguien que la ama profundamente. Y que encuentra en ella su único modo de ser”.

- Testimonios extraídos del libro Hugo Fattoruso, song book, publicado por la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim).

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