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Miércoles, 14 de junio de 2006

COMO SE ENSEÑA SU OBRA EN LA UNIVERSIDAD Y EN EL SECUNDARIO

Claves para estudiarlo mejor

Docentes de la carrera de Letras y de colegios secundarios analizan el lugar que ocupa hoy Borges en el aula. Los acercamientos a su figura siguen cruzados por prejuicios.

 Por Karina Micheletto

¿Quién puede discutir la “actualidad” o “vigencia” de Borges, una vez instalado como canon? Hace tiempo que la crítica literaria superó los debates al respecto. Un repaso por el lugar que ocupa Borges en la carrera de Letras y en la materia Lengua y literatura del secundario (en los tres primeros años), sin embargo, revela que los acercamientos a su obra siguen cruzados por prejuicios varios, desde los políticos hasta el que indica que “Borges escribe difícil”. Y que esta vigencia se inscribe en un contexto en el que “cada vez se lee menos”. También, claro, a Borges.

Jorge Panesi, director de la carrera de Letras de la UBA y titular de Teoría y análisis literario, una materia que se cursa en primer año, percibe que los alumnos –que son, también, los que una vez recibidos ejercerán como docentes de Lengua y Literatura– traen “algo” de Borges leído desde el colegio, aunque intuye que “de una manera ingenua”. En esa lectura, explica el profesor, “se mezcla bastante su vida con su obra. El sujeto Borges político, con todo su anecdotario, o el Borges ciego, todo ese tipo de cosas se proyectan en el análisis. Tratamos de luchar contra esas lecturas un poco ingenuas que aparecen como marca heredada del secundario, y también influenciadas por los medios”.

En el análisis de Panesi, el prejuicio sobre el Borges-personaje operando sobre la lectura de sus textos era aún más fuerte años atrás. “En la medida en que Borges dejó de ser una figura pública, hay menos prejuicios sobre su literatura, ya no se lo lee como se lo leía antes, ya no aparece el ‘Borges vendepatria’ por sobre el autor. En nuestros cursos también tratamos de mostrar que el romance de la crítica literaria y de los medios con Borges es relativamente reciente: durante buena parte de su carrera literaria, Borges fue el mal comprendido de la crítica.”

Sylvia Saítta, docente de Literatura argentina del siglo XX en la carrera de Letras, señala que en su materia “Borges es central”. “Cualquiera sea el eje del programa, que por lo general cambia cada año, es imposible obviarlo. Porque, de alguna manera, Borges organiza la literatura argentina del siglo XX hacia adelante y hacia atrás. Es una presencia constante, siempre se está volviendo a él, no sólo por una operación de lectura nuestra: los mismos escritores nos llevan a Borges. Por presencia o por omisión, Borges organiza los problemas y las resoluciones a ciertos conflictos de la cultura y la literatura argentina”, explica. Para Saítta, los alumnos no llegan a la carrera con demasiadas lecturas de Borges previas. “Tal vez vieron alguno de sus cuentos más fantásticos en la escuela, pero no hay una lectura sistematizada, y menos aún de su poesía. De la secundaria traen más leído a Cortázar que a Borges”, compara.

En la materia Lengua y literatura del secundario, la inclusión de Borges en las lecturas del aula queda librada a la voluntad y elección de cada profesor. Ricardo Schmidt, docente de la UBA y de colegios de la ciudad, asegura que “Borges forma parte del canon escolar”, y enumera los hits borgeanos del secundario: “Emma Zunz”, “El cautivo”, “La biblioteca de Babel”, “Juan López y John Ward” (sobre dos soldados caídos en la guerra de Malvinas), “La lluvia”. Para Schmidt, Borges es uno de los pocos autores argentinos que los alumnos reconocen –junto con Quiroga y Cortázar–, aunque, advierte el docente, ese conocimiento está más cruzado por lo biográfico que por lo literario: “Conocen sus datos biográficos básicos, y siempre hay una referencia política, hasta manejan alguna de sus bromas más famosas”, describe.

Michelle Barros, profesora de secundarios de la provincia de Buenos Aires, marca que los prejuicios alrededor de Borges no están instalados sólo en los alumnos: también en los directores de escuela. “Hay todo un imaginario social que indica que Borges es demasiado complejo, por lo tanto no se puede dar en secundaria. Yo siempre lo incluyo, pero más de una vez un director de escuela me pidió que lo cambiara por algo más fácil. Lo clásico es que los alumnos te digan: ¿por qué no dan Harry Potter, o Fontanarrosa? ¡Justamente, porque la idea es acercarles literatura a la que no acceden de otra manera!”, explica la docente.

Jacqueline Giudice, docente del CBC y de CENS (secundarios para adultos) porteños, implementó una estrategia didáctica para superar el preconcepto del “Borges difícil” o “inaccesible”. “Es un clásico: siempre está el ‘Borges escribe para la elite’, ‘es gorila’, ‘no es para nosotros’. Están seguros de eso, pero jamás leyeron nada de Borges”, cuenta la docente. “Lo que hago, entonces, es dar a leer Borges sin decir que es Borges. Elijo temas que les son caros afectivamente, como ‘Juan López y John Ward’, que siempre gusta mucho. Leemos el texto en voz alta, lo comentamos, y recién después les digo de quién es. Ahí se quedan con la boca abierta, no lo pueden creer. Al final, algunos terminan sacando el libro de la biblioteca. Ese es mi pequeño logro.”

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Para muchos, persiste la idea de que “Borges escribe difícil”.
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