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Viernes, 16 de abril de 2004

CINE

Trinchera de libertad

“Siempre hay alguien que sobrevive para contar la historia”, dice Ivonne Pierron para explicar por qué ella no corrió, en 1977, la misma suerte de sus compañeras Alice Domon y Leonie Duquet, las monjas francesas desaparecidas. La historia de esta mujer que volvió al país luego de un breve exilio se cuenta en Missionaire, un documental estrenado en el Bafici.

Por Felisa Pinto

Missionaire, es el título en francés que designa al documental realizado por María Cabrejas, Fernando Nogueira y Gustavo Cataldi, estrenado el miércoles pasado en Buenos Aires, luego de su anterior presentación en el pueblo Illia, situado en el monte rojo de Misiones. El film da cuenta del camino recorrido por una de las monjas francesas que sobrevivió al genocidio de la brutal dictadura militar. Es la historia contada por ella misma, Ivonne Pierron. La única de las hermanas misioneras francesas que quedó viva, luego de que sus compañeras Alice Domon y Leonie Duquet, fueran secuestradas el 8 de diciembre de l977, sometidas a tormentos en la ESMA y luego arrojadas al mar desde un helicóptero. Todo el trágico final y la responsabilidad de Alfredo Astiz es hoy de público conocimiento. Pero los realizadores de Missionaire enfatizan que el documental está enfocado a subrayar la respuesta a quienes preguntan, hoy, por qué pasó lo que pasó. Para ellos y la protagonista, Ivonne, fueron sus vidas y su lucha militante a favor de los necesitados actos de subversión inadmisibles.
La hermana Ivonne es parte de la respuesta. Lejos de claudicar, luego de la tragedia, decidió volver a la Argentina y retomar aquella obra. Veintiocho años después, continúa andando ese mismo camino junto a los campesinos, sembrando esperanza y “despertando conciencias para la libertad” en medio de la pobreza y marginalidad del monte misionero.
El film ha sido seleccionado para participar en el 6º Festival Internacional de Cine Independiente, inserto en el rubro “Huellas de lo real”, y se estrenó en ese marco.
Una cámara pudorosa, sin estridencias, acompaña a Ivonne mientras recuerda que es misionera en la Argentina desde hacen 43 años, exilio de por medio, luego de la desaparición de Alice Domon y Leonie Duquet en l977. Para ella su lucha actual desde el anonimato es un testimonio vivo de aquellos perseguidos en los ‘60 y ‘70, Una sobreviviente que como ayer sigue transformando la realidad. También relata con frases cortas la historia de su vida y de su lucha. Algo que aprendió, desde su infancia, en su lugar natal de Francia cerca de la frontera con Alemania, cuando su padre tuvo un rol activo en la Resistencia francesa contra los nazis y de él heredó su apego por las causas nobles.

Sobrevivir para luchar
Ante la pregunta, ¿por qué sobreviviste a la dictadura? Ivonne contesta que “en toda lucha hay siempre un sobreviviente para contar la verdadera historia”. Y eso es lo que hace en la película. Mientras, fuera de cámara, suele agregar que ella se salvó “porque yo no era tan santa como mis compañeras”. Y gracias también al imaginativo operativo montado por la embajada francesa, que la metió en un avión disfrazada de abuelita ensilla de ruedas inmediatamente después de la desaparición de Alice y Leonie.
Desde que existe Ivonne en el monte misionero, sosteniendo su obra gracias a su jubilación y la ayuda generosa de su familia y amigos argentinos, muchos de las y los jóvenes que terminan el secundario en el albergue (por lo general, los primeros en sus familias numerosas e indigentes) podrán seguir carreras terciarias y hasta universitarias. Allí todos hacen todo, dentro de esa casa de madera, con ventanas sin vidrios, ni agua corriente. La precariedad parece no notarse gracias al espíritu alegre que infunde Ivonne, transmitido sin esfuerzo a los jóvenes que se contagian de su vitalidad mientras cocinan, reflexionan y hasta bailan con ella, en las fiestas con chamamé de los sábados por la noche. El acordeón virtuoso de Raúl Barboza –”el Piazzolla del chamamé”, como suelen llamarlo entre los músicos–, residente en París y responsable de la música del film, se mimetiza con ese aire fresco del baile popular.
Descartando su ironía y sentido del humor (“esprit”, como dicen los franceses), Ivonne es el gran referente de Illia, en Misiones. Dicen los testimonios: “Ivonne nos enseña a no agacharnos”, o “es la madre de todos”. En un pueblo en el que no hay médico, ella es además de maestra, enfermera. Y a veces les facilita las monedas para el transporte hasta la ruta. Por todo eso, cuando Ivonne reza le pide a San Cayetano “nuestro administrador”, a la Virgen de Itatí y a San José Obrero.

Preestreno en el monte rojo
El preestreno del film se produjo hace pocos días en un claro del pueblo Illia, un lugar sin cines en 200 kilómetros a la redonda. Allí estaban, ansiosos, quienes vieron cine por primera vez. Un millar de ellos, acomodados en los yuyos, pudo ver la proyección hecha por el cine móvil del Incaa, que se ocupó de llevar el documental a Misiones. Entre los espectadores, muchos habían sido entrevistados y otros habían sido extras involuntarios. Entre todos hubo risas y llantos, y aplausos ensordecedores. “Esta es la película del pueblo Illia”, anunciaron por la radio del pueblo más cercano.
María Cabrejas confiesa su emoción y aclara: “Nosotros hacemos documentales para aprender. Para darles micrófono a los que no tienen voz y también la cámara a los que están fuera de los medios. En este film se ve claro lo que siempre proponemos. Y que también lo hicimos en el ciclo En la vía que se vio en Canal 7 en el 200l. Con él ganamos el premio Juan Rulfo 200l y 2003. Siempre las imágenes son las que cuentan. No hay voz en off y no aparecen las preguntas del entrevistador”.
Con esa misma estética honesta y sin sobresaltos esperan que todos conozcan a Ivonne en su trinchera de libertad, situada en el monte rojo misionero.

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