La Fundación Huésped lanzó, hace un tiempo, una campaña con el objetivo de recaudar fondos para una tarea que viene realizando hace años y que es de público conocimiento/reconocimiento. El texto dice así: “Si entrás a ayudaresgratis.com donás dinero, sin poner un peso, para la lucha contra el sida. Y si la ponés como página de inicio, ayudás cada vez que entrás a Internet”.

Hasta aquí el mecanismo está muy claro: hay que ingresar a una página; a partir de ese click, los correspondientes sponsors le darán el dinero a la fundación para que luche. Sí, podríamos objetar que eso de “lucha contra el sida”, insistir con la metáfora bélica a esta altura del partido resulta innecesariamente violento y sobre todo impreciso, ya que contribuye a que los hipotéticos contribuyentes sigan ignorantes respecto de muchas cosas que hacen a tal “lucha”. Pero en fin, convengamos que el objetivo es captar la atención de la gente que no quiere darla y que el latiguillo de “la lucha contra el sida” se entiende mal y pronto. Además, el problema no está acá sino en lo que viene. El texto sigue así:

“No es que querramos convencerte de que seas buena persona, pero la verdad es que te va a dar una onda de tipo sensible que a las mujeres les encanta”.

La pregunta que irrumpe inmediatamente supo ser una pregunta retórica pero ya no lo es, teniendo en cuenta las veces que dan ganas de hacerla: ¿qué les pasa a los creativos? Y luego, ¿qué le pasa a la gente de la Fundación Huésped?

El destinatario y posible benefactor de esta institución, por lo visto, es hombre. Hombre y heterosexual. Y sí, los hombres heterosexuales son los que más usan la computadora... Pero atención, porque no es cualquier hombre. El hombre al que la Fundación Huésped se dirige responde al arcaico estereotipo del langa que sólo da un paso si ese paso puede hacer que caiga en la bolsa una minita –es cierto, la publicidad fue publicada en la revista Playboy–. Se desprende de este breve texto un entre nos: ser una buena persona, apoyar a una fundación seria, no da rédito. ¿La lucha contra el sida es cosa de idiotas? La estrategia se vuelve sobre sí misma y da la impresión de que se trata de idiotas a los que quieren hacer el click al prometer algo que no va a ocurrir. ¿Cuántas señoritas que gustan del “tipo onda sensible” pasarán por el monitor del caballero en el momento justo en que se ve el salvapantalla?

Además, si realmente el caballero está tan preocupado por lo que las señoritas puedan pensar de él, es muy probable que no ponga un salvapantalla de ayuda a la “lucha contra el sida”. A ver si todavía piensan que es demasiado sensible...

Qué pena que la campaña no esté dirigida a adolescentes, que son los que suelen tener el poder en los hogares en lo que a página de inicio de la computadora respecta. ¿O está dirigida a adolescentes y no a oficinistas, como parece, y la Fundación contribuye gratis, claro, desde el vamos, con esta figura del macho embaucador?