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Viernes, 12 de agosto de 2005

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Adiós al frío con un buen ponche

Los últimos fríos nos incitan a abrigarnos por dentro con unos buenos ponches calientes como los que proponen Juan Cabané y Alejandro Domenech en Nuestra Cocina (Bruguera, Barcelona, 1969), un libro, como bien lo describe la solapa, "magistral, imprescindible para el ama de casa y el profesional. Una obra alineada en la vanguardia de la civilización europea, elaborada en el exquisito alambique de muchos siglos de saber vivir". Los capítulos consagrados a las diversas bebidas (vinos, sangrías, drinks americanos, cócteles, licores, jarabes, refrescos) ofrecen un sabroso recetario de ponches, especialmente indicados para combatir las bajas temperaturas y para compartir en cálidas reuniones familiares o de amigos, desde luego, innecesario es aclararlo, evitando siempre los excesos.

He aquí algunas reconfortantes alternativas:

Ponche de vino: un libro de buen tinto, 60 gramos de azúcar en terrones machacada, una tacita de agua, ´ canutillo de canela, unos clavos de olor, dos pieles de limón en espiral. Poner en una cazuela a la lumbre todos los ingredientes, remover con cuchara de madera, espumar y retirar antes de la ebullición. Dejar enfriar cubierto con una tapa. Dos horas después, calentar y servir.

Ponche sabayón: ´ litro de jarabe de azúcar, ´ litro de agua hirviendo, ´ litro de ron, 3 yemas de huevo, canela molida. Batir las yemas, añadir el jarabe y el ron, luego el agua hirviendo. Remover bien. Poner al fuego y seguir revolviendo sin cesar. Servir calentito en copas de vino, generosamente espolvoreado con canela.

Ponche inglés: ´ litro de jarabe de azúcar, ´ litro de ron, ´ litro de té hirviendo, 2 limones y 6 rodajas de limón partidas al medio. Mezclar en un recipiente grande jarabe, ron y té, añadir las cortezas y el jugo de los limones, calentar bien sin llegar al hervor. Servir en copas bajas de boca ancha, decoradas con las rodajas partidas.

Si estas fórmulas no les resultaran suficientes para entrar en calor, pueden intentar la fabricación de rico licor casero, muy saludable, como el cordial espirituoso, que lleva: 1 limón, 1 naranja y ´ litro de aguardiente. Se pone esta última bebida en un bocal con cierre hermético junto con la fruta entera, sin mondar, durante dos meses (se puede consumir también en primavera, verano y otoño). Luego se filtra cuidadosamente el líquido, pasándolo a una botella. Aparte de beberlo en copitas, después de una comida copiosa o si se sienten un poco achuchadas, pueden entonarse con solo mojar un terrón de azúcar en este tónico mágico. Que sea a vuestra salud.

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