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Lunes, 13 de noviembre de 2006

FúTBOL › LLEVA CUATRO PUNTOS DE VENTAJA CUANDO QUEDAN CUATRO FECHAS PARA EL FINAL

Boca gritó tres, pero cuenta hasta cuatro

Con un planteo discreto, dio un paso importante en la lucha por título. Venció 3-1 a Quilmes, con dos goles de Palermo y uno de Palacio, y consiguió conservar la diferencia de cuatro puntos sobre Estudiantes, cuando quedan sólo 12 puntos en juego.

 Por Facundo Martínez

Por lo que fue el arranque, a puro vértigo, el partido prometía más de lo que realmente ofreció. Boca jugaba bien la pelota e intentaba imponer su propio ritmo; pero Quilmes, redoblando esfuerzos, no se quedaba atrás y por momentos conseguía bajarle revoluciones al partido, algo que lo favorecía claramente. En situaciones de gol había paridad, dos para cada uno, aunque las de Quilmes habían sido más picantes. Pero con Palacio, Palermo y Barros Schelotto en la cancha, algo más serio que los remates de Marino al cuerpo de Grosso tenía que pasar. Y pasó.

En jugada de tiro libre, Palermo se le soltó a Moreyra, dio una vuelta por el área y entró solo por el segundo palo, ahí donde caía un perfecto envío de Barros Schelotto, y metió un cabezazo tremendo al primer palo que no encontró respuesta en Grosso y sirvió para abrir el marcador.

Fue clarísimo el penal del uruguayo Pereira sobre Palacio, pero el árbitro Favale no observó la jugada y, tras preguntarle al juez de línea su opinión, cobró equivocadamente afuera del área. El mismo línea anuló un mano a mano de Barros Schelotto frente a Grosso por una posición adelantada inexistente. Las oportunidades de gol seguían a la par: una de Palacio, que punteó la pelota en combinación con Cardozo –que no anduvo bien–; un cabezazo de Moreyra, a las manos de Bobadilla.

El complemento fue a puro vértigo. Con los mismos hombres, Boca modificó su esquema táctico y fue un desastre. Con Ibarra de doble cinco, el medio se desordenó y Quilmes fue sacando poco a poco provecho de ello. Sin embargo, con un blooper y sin merecerlo, Boca se puso 2-0. Fue tras un pelotazo largo de Díaz para Palacio que no pudo detener ningún defensor de Quilmes y, tras una zambullida absurda de Grosso (pasó por arriba de la pelota, sin detenerla), el delantero, que hasta ahí no había tocado la pelota, no tuvo que hacer más que empujarla.

El puntero, entonces, se relajó demasiado, y Quilmes, tras un error grosero del “volante” Ibarra, aprovechó un contraataque y consiguió descontar. Se la pasaron entre Rusculleda y Torres, los mejorcitos del conjunto de Pogany, hasta que el juvenil ex Boca (a préstamo en Quilmes) terminó asegurándola de zurda, sin que Bobadilla pudiera hacer nada.

Fueron bravos, para Boca, los minutos que siguieron al descuento. La sensación era que Quilmes podía igualar el partido en cualquier momento. Entonces La Volpe puso las cosas en su lugar: sacó al Mellizo y a Cardozo, rearmó la línea de cuatro, y Boca volvió a parecerse a sí mismo.

El partido se terminó cuando, en jugada de tiro de esquina, Palermo se le volvía a escapar a Moreyra y éste lo tomó de la camiseta groseramente, ante la mirada de Favale, que esta vez cobró el penal. Ejecutó Palermo, fuerte y al medio, para el 3-1. Quilmes se quedó con las ganas de volver a descontar: un cabezazo de Sosa pasó cerca, después Torres estrelló un remate en el travesaño y, por último, Bustos Montoya metió un buen derechazo, que Bobadilla despejó.


Estadio: Boca.

Arbitro: Gabriel Favale.

Goles: 20m Palermo (B); 50m Palacio (B), 52m Rusculleda (Q), 77m Palermo (B), de penal.

Cambios: 46m E. García (6) por Chatruc (Q), 67m Ledesma por Marino y Franzoia por Barros Schelotto (B), 78m Dátolo por Cardozo (B), 80m Coyette por Saavedra (Q).

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Palacio pica con la pelota. Lo sigue de cerca Romagnoli, la voz de mando del conjunto quilmeño.
 
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