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Lunes, 19 de junio de 2006

FúTBOL › LA DISCUSION EN TORNO A LA PELOTA DEL MUNDIAL

Dobla, pero no es para tanto

 Por Eleonora Giovio
Especial de “El País” de Madrid

Hace dos años fue el Roteiro. Ahora es el Teamgeist, el balón del Mundial, que ha suscitado las primeras críticas. Los delanteros y los mediocampistas están fascinados. Los arqueros lo detestan y en particular, Jen Lehmann, guardameta del Arsenal y de Alemania, se ha quejado de su “impracticabilidad” y “falta de control”. “Es una pelota para uso de jugadores no profesionales y la gente, no para los arqueros”, dijo. “Cuando llueva, no va a ser muy cómodo para nosotros. Va a estar resbaladiza y también se desplazará muy rápido en el aire”, explicó. Paul Robinson, arquero de Inglaterra, dijo que el Teamgeist se parece a un balón de waterpolo.

La cuestión es simple: la pelota normal tiene 32 paneles, la clásica inventada por los ingleses 26 y el Teamgeist –que en alemán significa “espíritu de equipo”– sólo 14. Es la primera pelota mundialista sellada térmicamente y sin costuras. La novedad tecnológica es precisamente el sellado térmico que, según el productor, “mejora su aerodinámica”.

Todas estas características, sin embargo, no han terminado de convencer a los arqueros. Y es que, según las leyes aerodinámicas y balompédicas, cuantos más paneles tenga una pelota, más estabilidad acabará ganando. Cuando un futbolista patea, se crea una turbulencia en la pelota, pero ésta es fácilmente controlable por un arquero porque el movimiento de aire es sólo uno. En cambio, cuando se consigue darle más efecto a la pelota, el aire altera su trayectoria. Al tener tan sólo 14 gajos, la Teamgeist pierde en estabilidad y se presta a las habilidades técnicas de los jugadores. Quizá sea eso lo que preocupa tanto a Lehmann.

“Es la misma canción de siempre. Cada vez que se cambia un balón, parece que va a ser imposible controlarlo”, afirma Unzúe, entrenador de los arqueros del Barcelona. “Pasó lo mismo cuando Nike sustituyó los balones de Adidas, parecía que no íbamos a poder con ellos”, recuerda el ex portero. “Es cuestión de costumbre y los guardametas han tenido tiempo de sobra para adaptarse”, asegura. Y añade: “Es la gran variación de los dibujos la que suele engañar a un portero. Pero la mayoría de las veces es una sensación más visual que real. Y, además, los dibujos del Teamgeist no son exagerados y los colores son muy flojos”, asegura.

Zubizarreta, ex arquero de la selección de España, también cree que las críticas no tienen fundamento. “Los arqueros se quejan porque nadie les hace caso –afirma–. Es la lucha eterna entre ellos y los delanteros. Los primeros prefieren una pelota más viva y más difícil de controlar; a los segundos, en cambio, les gustan las pelotas más duras porque son más controlables”, explica.

Pepe Reina, tercer arquero de la selección española, no le tiene miedo al Teamgeist, sobre todo si lo compara con el Roteiro que causó muchos fastidios a los jugadores en la pasada Eurocopa. “Es una pelota mucho más noble, responde mejor al golpeo. Toma un poquito más de efecto, eso sí, pero sin hacer los extraños giros que caracterizaban al Roteiro”, explica. “Se va alto muy rápido”, matiza. Pese a ello, Reina reconoce que el efecto óptico de la pelota puede crear problemas. “La sensación de velocidad que te da es menor de lo que parece en realidad. No te das cuenta, parece que viene lento y en realidad viene muy rápido”, concluye.

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