La paciencia es una de las principales virtudes de la Selección. El desgaste que lleva a cabo en el primer tiempo termina dando sus frutos en la segunda mitad. De esa manera, tres de los cuatro partidos que ganó en el certamen los resolvió en los 45 minutos finales, luego de haber terminado empatado en la primera mitad. Ante Estados Unidos, el 1-1 parcial derivó en un 4-1 contundente. Frente a Paraguay, el triunfo fue 1-0, tras un pálido 0-0 en la primera parte. Y ayer ante Perú se repitió la ecuación, con un espectacular 4-0 luego del 0-0 del entretiempo. Sólo ante Colombia pudo irse en ventaja 3-1, para terminar con la victoria 4-2. En total, de los trece goles que anotó, nueve fueron en los segundos tiempos, períodos en los que sólo recibió un tanto.

Pero no sólo se trata de una cuestión de desgaste. También los cambios que introdujo Alfio Basile resultaron determinantes para el desarrollo de los partidos. Ante Estados Unidos, dos goles llegaron de la mano de Pablo Aimar y Carlos Tevez, que ingresaron en la segunda parte. Frente a Paraguay, el único gol lo marcó Javier Mascherano, tras una gran jugada de Lionel Messi, dos jugadores de recambio en ese encuentro. Y ayer, un futbolista clave fue Tevez, que participó de manera decisiva en tres de los cuatro tantos. Hasta frente a Colombia, uno de los recambios convirtió: Diego Milito entró y marcó el cuarto gol del partido.