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Lunes, 14 de abril de 2003

LOS JUGADORES DE RACING NO SE LA BANCARON

Prisioneros de la presión

 Por Ariel Greco

La historia parece repetida con este Racing de Osvaldo Ardiles. Insinúa con dar el gran golpe, pero finalmente no lo concreta. Todo indica que tiene material para prenderse bien arriba, pero en el momento decisivo declina su producción y desaprovecha las chances. Así, al menos, le ocurrió ayer ante Boca, con lo que repitió una situación similar a la que ya vivió en este Clausura ante Independiente, Unión y Central.
Hace mucho que Racing no llegaba tan de banca a un clásico con Boca. En plena levantada, un triunfo convincente ante Banfield y una goleada entre semana ante Nacional le daban al conjunto de Avellaneda un favoritismo muy marcado, pese a que Boca llegaba arriba en las posiciones. Es que el equipo de Carlos Bianchi arrastraba tres empates seguidos –Colo Colo, Olimpo y Barcelona– que lo dejaron segundo en su grupo en la Libertadores y le quitaron la exclusividad de la punta en el torneo local.
Sin embargo, de arranque quedó claro que a Racing le pesó la responsabilidad. Con una actitud muy pasiva, enseguida se dejó copar la mitad de la cancha y no tardó en quedar en desventaja en cuanto Boca acertó en su primer ataque a fondo. Y ni siquiera el gol en contra lo despertó. En los minutos que siguieron al tanto de Matías Donnet, Racing fue puro nervio. Sus jugadores se equivocaban en pases sencillos y perdían todas las divididas. Incluso, los visitantes estuvieron muy cerca de marcar el segundo, pero las oportunas intervenciones de Campagnuolo mantuvieron el resultado. Recién cuando Ardiles metió mano en el equipo y sacó a Juan Manuel Torres para que ingresara Carlos Arano, el panorama comenzó a cambiar. Claro que ya habían pasado 30 minutos y un gol en el arco propio. Ya en la segunda parte, y en especial a partir de la expulsión de Alfredo Cascini, Racing apretó con mucha fuerza y contó con algunas ocasiones, pero le faltó fútbol para revertir el marcador.
La derrota volvió a demostrar que a Racing todavía le falta madurez para soportar la máxima exigencia. En la cuarta fecha tuvo todo servido para golear a Independiente y propinarle cuatro caídas seguidas, aunque no se animó a liquidarlo y terminó pagándolo con el empate. Luego, ante Central tuvo la ocasión de quedar como único líder, y dilapidó dos veces la ventaja que había obtenido. De esa manera, dejó el liderazgo en manos de Boca. Y la última ocasión en que le había sucedido una circunstancia similar fue ante Unión, cuando podía ponerle presión al líder que jugaba más tarde. Sin embargo, dos goles de Pablo Islas lo volvieron a amargar. Por ahora es su asignatura pendiente. Fútbol para revertirlo parece tener. Sin embargo, las fechas pasan y Racing ya está a cinco puntos de los tres líderes, River, Boca y Vélez.

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