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Lunes, 30 de septiembre de 2013

FúTBOL › POR PRIMERA VEZ JUGARON JUNTOS EN LA PRIMERA DE BOCA

Riquelme, Gago y nueve más

No fundaron ninguna sociedad de toque, jugaron bastante separados, pero cada uno en lo suyo fue fundamental para la obtención de la victoria. Para el Superclásico, Bianchi se enfrentará con muchas dudas, pero ninguna relativa a estos dos.

 Por Juan José Panno

Quienes se preguntan si Riquelme y Gago pueden jugar juntos tienen la chance de encontrar respuestas en la historia del fútbol y repasar los casos de Novello-Madurga, J.J. López-Alonso, Brindisi-Babington, Ponce-Trobbiani-Sabella, Rendo-Veira, Xavi-Iniesta, y siguen cientos, miles de ejemplos. También se puede recurrir a la estadística que en la Selección Argentina deja este pequeño detalle: con Gago y Riquelme juntos en la cancha, la Selección jugó 15 partidos, de los cuales ganó once, empató tres y sólo perdió uno. Y en última instancia los que sostenían alguna incógnita tuvieron una contundente respuesta en el partido en el que ayer Boca le ganó a Quilmes.

No fundaron ninguna sociedad de toque, jugaron bastante separados, pero cada uno en lo suyo fue fundamental para la obtención de la victoria. El aporte de Gago permite que Boca haya mejorado su rendimiento defensivo, porque provoca una salida más pulcra y se reparte menos con los rivales la posesión de la pelota. Con Falcioni, Somoza y Erviti achicaban las chances ofensivas de los adversarios, metidos delante de la línea de cuatro; con el Bianchi de estos días, Gago y Ledesma les dan un poco de respiro a los que juegan en el fondo. Un dato significativo: en todo el campeonato, a Boca le metieron 11 goles en 9 partidos y sólo uno en los 4 encuentros en los que jugó Gago (Vélez, Racing, Argentinos y Quilmes). Ayer, a su salida prolija Gago le sumó algunos buenos cortes, un pase preciso en la jugada previa al segundo gol y no pudo redondear su trabajo cuando pateó cruzado en el final de otra buena jugada colectiva.

Riquelme tuvo apariciones esporádicas, pero fenomenales. El pase a Gigliotti en el primer gol (el que le dio serenidad al equipo) merece estar en el cuadro de honor de las grandes asistencias. Recibió de Sánchez Miño, levantó de zurda y la cacheteó de derecha, como quien no quiere la cosa, para dejarlo solo a Gigliotti cara a cara con el arquero. Otro pase extraordinario fue el que le dio al pibe Escalante, que se cayó a la hora de definir. Fue muy parecido a uno que le había dado a Palermo en un 1-0 contra San Lorenzo en el año 2000.

Gago y Riquelme se juntaron pocas veces, la mejor de ellas en un doble toque que casi termina en gol de Gigliotti. Los que más se ilusionan lo anotan a cuenta de futuros encuentros fantásticos.

El supuesto problema que se le presentaba a Bianchi para encontrar un lugar a Román luego de las buenas victorias ante Vélez y Racing quedó develado. Los inconvenientes del DT, en todo caso, pasan por otro lado. Ayer se lesionó Ribair Rodríguez y ya casi no quedan piezas para el rompecabezas de la línea de cuatro. Boca empezó el campeonato con Marín, Díaz, Burdisso e Insúa, ayer entraron otros cuatro: Méndez, Ribair, Pérez y Zárate, y a los 2m Ribair ya había dejado su lugar para que entrara Caruzzo. A estos nueve hay que agregarles a Erbes, que fue el marcador lateral hasta que se lesionó la semana pasada contra Argentinos y dejó su lugar a Escalante, que tampoco es defensor.

El dilema que se le plantea al entrenador es cómo integrar la línea final si no llega el Cata Díaz (desgarrado) y tampoco Ribair, que estuvo en dudas durante la semana por una contractura en la pierna derecha y ahora debió salir por una contractura en la izquierda. ¿Será Méndez el lateral derecho contra River? Bianchi tiene datos a favor y en contra de su inclusión. En el primer tiempo no tuvo problemas en la marca y salió bien por el lateral porque ya se sabe de su buen manejo. Pero en el segundo, en los momentos en que Quilmes fue a buscar el partido, dio algunas ventajas y, apurado, dio un pase equivocado hacia atrás que casi termina en el 1-1. El DT puede pensar en Sánchez Miño de 3 y Zárate de 4, o en Caruzzo sobre el lateral, o jugársela con Méndez a pesar del peligro, aunque podría significar que Teo Gutiérrez se vuelque sobre ese lado y Vangioni y Lanzini se junten por ahí. Lo de las lesiones en Boca se resume así: ni uno solo de los integrantes del plantel jugó los 810 minutos de los 9 partidos que se llevan disputados hasta aquí. En definitiva, Bianchi se enfrentará con muchas dudas, pero ninguna relativa a la presencia de las dos cartas bravas: Riquelme y Gago.

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Gago arma el plan con Riquelme, en su primer partido juntos con la camiseta de Boca.
Imagen: Fotobaires
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