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Domingo, 10 de abril de 2005

NOTA DE TAPA

No quemes esas cartas

La publicación de Querida familia (Entropía), el primer tomo de la correspondencia de Manuel Puig, reúne las cartas enviadas por el escritor entonces estudiante de cine desde distintos lugares de Europa entre 1956 y 1962. Así asistimos a la evolución desde el familiero Coco hasta el cosmopolita, en lo que bien podría considerarse su “novena novela”, inédita hasta ahora.

Por Manuel Puig

París, domingo 16 de junio (1957)

Gente querida!

Estoy enloquecido de la alegría. Les escribo desde mi habitación de la Cité Universitaire. Estoy como un rey, me parece mentira haberla conseguido. Estoy en París desde el viernes a la noche, es una maravilla, nunca me imaginé algo semejante, la diferencia entre Roma y París es la misma que había entre Villegas y Buenos Aires. Me siento a mis anchas, no quisiera irme nunca, para mejor en este palacio. El Pabellón Argentino es un palacio, tengo una pieza (son todas individuales) como el dormitorio grande de Bulnes, con baño y agua caliente a toda hora. Las duchas están aparte, a un paso en el corredor. La comida es buena y baratísima, se paga por la pieza 7.000 francos, que aquí significa nada, unos $ 500. Bueno, ahora les cuento desde un principio. El jueves 6 volví a Roma y una vez en mano el cheque de la Dante me volví a embarcar. Tomé el tren que recorre la costa del Adriático rumbo a Venecia, qué me cuentan. El 7 estuve medio día en Rimini, el lugar más importante de la zona, regular. Visité la casa de Francesca! Me acordé de la novela que transmitía Iris Marga con el feto. Rimini, ya les digo, medio pava, un olor a podrido insoportable (del Adriático). Después de dar unas vueltas me fui a Ravenna, que queda a una hora y ahí me quedé hasta la mañana siguiente. Ravenna es bastante interesante por todas las iglesias bizantinas, pero lo mismo todo me parecía descolorido viniendo de Capri y Amalfi. El día sábado 8 tempranito y con miedo de desilusionarme (el Adriático no me gustaba) llegué a Venecia. Ahí me quedé con la respiración cortada hasta que me fui. Es lo más hermoso que pueda haber, no se da un paso sin quedar con la boca abierta. En cine sale fea en comparación con la realidad. Deja chiquito a todo absolutamente. No hay un solo rincón que no merezca ser visto. Además me hice inmediatamente de ambiente, me divertí muchísimo. En la plaza San Marcos tocaban la música de la película!!!!! El primer día paseé de la mañana a la noche, cuando me cansaba me sentaba en uno de esos bares con terraza sobre los canales. Al día siguiente recorrí el museo de la Academia (una maravilla), el Palacio Ducal y algunas otras cositas, y después de almorzar me fui al Lido; eso es lo único que desentona, una playa fulerísima. Me volví enseguida y me pasé toda la tarde andando en góndola y luego otra vez pata ancha en San Marcos, las orquestas fenomenales. El lunes 10 me fui a la mañana a Verona, muy interesante, vi el balcón de Julieta y todo lo demás, un poco a las corridas, porque aunque sea chiquita en cuatro horas no se puede hacer mucho. No pude ir a la casa de Chuchi porque a las 3 de la tarde tenía una cita en Milán. Fenómeno también ésta, completamente distinta a todo el resto de Italia, pituquísima, muy señorial, el reino del estiramiento taradísimo tano, debe ser un asco para vivir. Todo carísimo. Me olvidaba de una cosa: en Venecia todo cuesta la mitad que en Roma y Milán, las dos pestes. Además, la comida veneciana es la mejor junto con la parmesana. En Milán me encontré con un grupo de dinamarqueses que había conocido en Venecia y me pasearon en auto toda la tarde. En un intervalo me fui al Consulado a preguntar por un buen cambista. Me indicaron uno fenómeno. Gran negocio. A la noche quería ir alla Scala (cantaba la Callas), pero no daba más y me fui a dormir. En Milán no pude ver el Museo de Brera, pero otra vez (de vuelta) iré. Milán fue para mí una gran sorpresa pues todos me decían que era una gran ciudad y nada más. En cambio me pareció personalísima. El 11 a las 6 de la mañana zarpé rumbo a... Montecarlo. A la 1 estaba ya almorzando frente al palacio de Grace. Bueno, les diré que es muy de buen gusto todo, gran distinción natural (no a la Milán), etc., etc., pero viniendo de Italia parece bastante lavado todo. Al contrario de lo que sucede con Italia, en cine sale mucho mejor de lo que es. Un día hermoso, fui a la playa, pero no había un alma en toda Mónaco, de modo que me cansé y me fui a dormir a Niza. Montecarlo, ya les digo, me desilusionó bastante, es un pañuelito. A quince minutos está Niza y ahí otra vez boca abierta, una hermosura. Ahí tuve por primera vez la sensación de lo que es Francia, un encanto totalmente distinto, sin la belleza natural de Italia, pero con un algo que no te deja ir a dormir en toda la noche, otro modo de vivir. Las playas muy lindas, el centro hermoso, el barrio del puerto con un olor bárbaro a película de Gabin-Morgan. Además, baratísima y llena de comodidades, ideal para pasar una temporada larga. Les aseguro que me sentí revivir, Francia tiene un fa mucho más a la argentina, después de casi un año en ese opio que es Italia (recién en Venecia se huele un poco de “vida”). Lo que mata en Italia es la clase media acomodada, la gente más imbécil que pise la tierra (aquella de la malla rosa es una típica representante: falta de gracia y pretensiones), el pueblo es otra cosa. En Niza me quedé todo el día siguiente y el 13 a la mañana, después de un largo viaje de media hora, estaba en Cannes, pasando por Antibes, Jean les Pins, etcétera. Bueno, ésa fue la gran desilusión de todo el viaje, una taradez, insignificante, no me explico la fama, será muy divertido de noche, lo que sea, a mí me pareció pobrísimo, bueno, estaba en la playa cuando me encuentro con una alumna del Centro y los tíos, hablamos un poco y cuando supieron que venía a París se me ofrecieron para traerme con el auto, (era jueves) ellos viajaban a las 4 de la tarde!!!!!!! Hice un poco de cumplidos y acepté. Despaché por tres las valijas (dos que me volvieron loco de Roma a Cannes) pues ellos no tenían lugar. El viaje podridísimo, la campiña francesa es sosa, en Italia en cambio ni un momento se puede desviar la mirada de la ventanilla. Cenamos en Lyon (pagué y quedé como un rey) y dormimos ahí. A las 5 de la mañana seguimos viaje y llegamos a París el viernes a las 15. Me ahorré $ 600. Vine directamente a la Cité, un despelote, pero escorché tanto que después de veinticuatro horas de sí y no, ayer sábado a la tarde me concedieron la pieza. Fueron mil idas y venidas, pero ya tengo pieza hasta el 15 de julio. París, divina. Es el sueño de un cinemaniático. Hay mil cosas para ver. Ayer tempranito vi Reina Cristiana, casi me muero del gusto, Greta mejor que nunca. Y a la noche no aguanté las ganas de ver a Marilyn, en Bus Stop, ¡un genio! En Roma no había llegado en original y la tenía en el gos. Espero que la hayan visto. No sé cuánto me quedaré en París. Por lo menos un mes.

París, París, estoy reloco, me hallo, quiero vivir 1000 años en París. Besos.

Coco

Roma, sábado 1º de septiembre (1962)

Querida familia:

Hoy, cumpleaños del Jorge y las mellizas Moscoso. Ayer recibí carta por fin con noticias de la Chuchi, me llegó viernes a la noche, despachada jueves a la mañana, nueve días!!! Espero que encuentren el saco a gusto en Buenos Aires, yo aquí no encontré nada que me convenciera. Los pulóveres son los que vos querías, mamá? Tengo buenas noticias!!!!! Fenelli, que es el crítico más severo, aquí muchos italianos lo llaman para mostrarle sus cosas, me obligó a que le mostrara lo que escribí, porque se ofendía, etc., yo no quería mostrarle nada porque a veces se pone insoportable a derribar todo... bueno, le pareció lo mejor que ha leído en años, una obra maestra, de llorar y conmovido como loco y sobre todo una cosa profundamente argentina, psicologías argentinas por excelencia caladas a fondo. Bueno, yo no sé qué pensar, no creo que sea para tanto, pero de todos modos tiene que ser una cosa buena, si todos los que la leen se entusiasman. Yo no sé qué pensar. El lunes voy sin falta a sacar el pasaje para el 27 de octubre y buscaré nuevamente el Grundig. Por favor díganme ya qué es lo que quieren de ropa porque el tiempo vuela, lo mismo en cuanto a otros encargues menores. Ahora empiezan las liquidaciones de verano. Yo también vi el bodrio Io amo tu ami, y Congo vivo, otro desastre. Aquí las críticas para Homenaje a la hora de la siesta (título ridículo y cursi) han sido catastróficas, me gusta porque se trata de dos bestias. Espero que ésta llegue el viernes antes de que se vayan a la quinta, cumpleaños en la quinta!!!! Muchos tirones de oreja y un feliz día. El Conejo llega creo que el 8 o el 9, así que si Gialdini se mueve un poco y va a buscarle el paquete lo tendrás unos pocos días después, ¡que te quede bien la pachugada! Bueno, les diré que después de todos los elogios de Fenelli y demás he quedado un poco tarado, no es para menos, entusiasmar a alguien con cuatro mamarrachos que has escrito parece imposible. La novela sobre todo dice Fenelli que es la sublimación de lo cursi y lo mamarrachesco, que es alma de lo argentino. Además le parece que voy a iniciar toda una etapa y que no lo tengo que mostrar a nadie porque me van a copiar. Bueno, que sea lo que Dios quiera. Que Carli no deje de mostrar la máquina y que le hable a Parrilla!!!!

Bueno, muchos besos, feliz cumpleaños.

Cariños.

Coco

Roma, viernes 31 de agosto (1956)

(...) Ahora algo grande: fui a los estudios Titanus a ver al productor Girosi, el tipo no estaba, pero lo mismo me dejaron entrar. Vi un rato filmar a Gassman y a Anna Maria Ferrero la tarada en Kean, la dirige el mismo Gassman, razón por lo cual me quedé poco tiempo. Luego calladito me metí en una sala de proyección donde Marlene Dietrich se estaba haciendo proyectar todos los interiores de Montecarlo, con De Sica y ella, recién terminada de filmar. Vi como cuarenta minutos de película (primicia exclusiva), parece de poca calidad, ella estaba muy descontenta. Personalmente es un monstruo, para colmo está flaca escuálida, la cara es amarillo muerto y estaba sin maquillaje. Lo que no ha perdido es la voz maravillosa y la clase para hablar. Después dobló varias escenas con una precisión de quedarse con la boca abierta, estaba muy nerviosa, pero ponía un empeño en todo que no lo he visto en nadie, es muy trabajadora y repite las cosas todas las veces que sea preciso. Tenía ganas de hablarle pero, como estaba trabajando a todo vapor, no me animé, es posible que la vea otra vez.

Siempre siguiéndole la pista a Girosi estuve en la oficina de “De Sica Produzioni” y ahí me dieron la dirección de la casa. Todo el mundo me trata muy bien, trato de ir siempre bien arreglado. Estuve charlando un momento con Monicelli, el director de Los infieles que estaba ahí esperando, me aconsejó seguir el curso del Centro, pero a la vez tratar a meterme en la producción por el lado que sea. Parece ser que lo que ha hecho después de Infieles es todo un bodrio. Me cuesta creerlo aunque todos los críticos estén de acuerdo. Hasta luego.

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Puig en brazos de su madre.
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