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Domingo, 28 de noviembre de 2010

SALí

Juegos para adultos

 Por Ignacio Navarro

De carambola

Barrientos: Fabricación y venta de mesas de billar y pool.

Se puede matar la velocidad del tiempo golpeando algunas bochas que chasquean sobre un paño verde, todo pasa rapidísimo durante el juego, es apasionante. Las mesas que fabrica Barrientos, artesanales, minuciosas, son como armas ornamentadas de una tribu de poderosos jugadores de pool y billar. Las más económicas arrancan en los 4400 pesos, se trata de una inversión que puede durar varias generaciones. Ulises Barrientos advierte que una mesa nueva, por la mitad de ese valor, está condenada a fracasar. Tiene 82 años, y una corbata roja que hace juego con su elegancia para decir y desplazarse liviano a lo largo del espacioso local. Sus palabras toman el impulso y la determinación de alguien que trabaja en el rubro desde los quince años –cuando el negocio lo comandaba Vicente Barrientos, padre y fundador– y ahora, marcando 82, se puede considerar suficiente, un especialista en la materia.

Lentamente, el billar fue cediendo ante el paso de los años; las modas y las nuevas generaciones, más predispuestas a embocar rápido y sin apremios que a buscar una carambola imposible, casi arrasaron con él. Por eso, Barrientos emprendió la fabricación y venta de mesas de pool que, sin ser estrictos, equivale a un mismo paño verde con seis espacios por donde embocar las bolas en cuestión. Por ese motivo, Ulises ofrece un modelo de mesa híbrida donde conviven ambos juegos mediante un sistema de encastres que completan los vértices de las bandas para poder jugar al billar también. Otra versión, funcional, puede ser cubierta y camuflarse como mesa de comedor o living: una buena opción para tiempos en que el metro cuadrado cada vez se hace más pequeño.

El cartel dice “Fundado en 1930”, pero de espaldas al Shopping Caballito y a metros de Acoyte y Rivadavia, el local de Barrientos se mantiene intacto al paso de los años, incluso reanimado por la reactualización estética vintage. Es un lugar agradable, lleno de olor a madera y juegos de todo tipo.

Billares Barrientos se encuentra en Formosa 585. Teléfono: 4903-2860. Web: www.billaresbarrientos.com.ar


Modelo para armar (y desarmar)

Puzzlemanía: Rompecabezas y maquetas para coleccionistas y aficionados.

Una actividad que celebra la duración convirtiéndola en fracciones de cartulina que serán encastradas una tras otra, donde la pausa la imprime el que juega. Un ejercicio de paciencia y concentración. El más grande, fabricado en España, lleva un nombre que si bien no alude al tiempo que lleva armarlo, lo sugiere. Se llama VIDA, tiene 24 mil piezas y cuesta 1500 pesos. Por el momento está fuera de stock, pero muestra el límite interno que, hasta ahora, marcó la industria del Puzzle, cuyo extremo contrario es la serie Yo Gabba Gabba!, que arranca en tres piezas gigantes que pueden ser fácilmente manipuladas hasta por un bebé. Entre ambos, una gran variedad de motivos que, en general, son cómplices de dos grandes cánones —que también pueden ser uno—: el Artístico Europeo (Guernica, 3 mil piezas, $260) o el National Geographic (Esperanza de Delfines, mil piezas, $110). La mayoría de los modelos son importados de Alemania e Italia, países con larga tradición puzzlera.

Luis, dueño de Puzzlemanía, señala que muchos arman el mismo más de una vez y sienten gran placer al entrar en contacto con la repetición. “Es para personas detallistas, un poco obsesivas”, diagnostica. El prefiere dejar los puzzles propios armados, por eso ofrece un servicio de enmarcado muy económico.

La Segunda Guerra Mundial y las guerras siguientes dejaron un caudal ingobernable de imágenes bélicas que fueron hábilmente interceptadas por la industria del juguete y los videojuegos. En Puzzlemanía encontramos un extenso catálogo de modelos que reproducen, a escala, armas de guerra clásicas de las grandes potencias imperialistas. Los más destacados son el caza soviético MIG-25 Foxbat (80 piezas, $159), submarinos alemanes, tanques de la OTAN. También se consiguen algunas especies de dinosaurios y modelos de autos clásicos. Luis muestra victorioso la estrella del showroom: un modelo de más de un metro de alto de la nave espacial Saturno V, un cohete fabricado por la NASA a fines de los ‘60, que sale $623.

Puzzlemanía está en Rosario 871 y Av. Cabildo 1308. Teléfono: 4904-2292. Web: http://pmania.com.ar


El rey de los juegos

Ventajedrez: ajedrez por ajedrecistas.

En 1992 Leandro Plotinsky ya había participado como Arbitro Ayudante en el Mundial Juvenil de Ajedrez realizado en nuestro país. Entonces tenía 15 años y, por lo tanto, había estado en contacto con la disciplina casi desde siempre. Conoce a fondo las condiciones materiales de existencia de este apasionante juego, es decir: el tablero, las piezas, el reloj y las decisiones. Con esos cuatro elementos se arma el partido. Leandro vende lo requerido para los tres primeros y, además, toda la bibliografía necesaria para lo último. Acorralado por bibliotecas colmadas de libros y cuadernillos con jugadas, constata que la producción editorial para el ajedrez “es más extensa que en cualquier otro deporte”.

Si bien se ofrece un surtido abanico de tamaños y materiales distintos, el juego profesional, el grado cero del ajedrez moderno, es el modelo Stauton, que responde a parámetros de tamaño y proporción que fueron estandarizados allá por 1880 en Inglaterra. La empresa argentina Plastigal ofrece una versión en material plástico que en Ventajedrez cotiza a $140. Los jugadores más avanzados o profesionales optan por el modelo Olímpico King, que conmemora las Olimpíadas que se jugaron en Buenos Aires en 1978 y se convirtió en un clásico de la disciplina. Tallado en madera, pueden verse los dientes de los caballos; trae un Rey de casi diez centímetros de alto y una proporción estupenda entre el tamaño de la pieza y los casilleros; Leandro afirma que es “como el juego del abuelo, dura para siempre”. Su valor: $500.

Leandro es árbitro estable del Círculo Torre Blanca (Sánchez de Bustamante 587), lugar donde también ofrece los productos que distribuye. Sabe bien de lo que habla cuando se encarga de derogar esa mirada esencialista-elitista del ajedrez, la que indica que se trata de un juego “para gente inteligente”; dice que es un mito, que se puede ser un gran jugador y un gran estúpido al mismo tiempo.

Ventajedrez tiene sus oficinas comerciales en Castelli 90, 6º F. Teléfono: 15-6092-9773 (Leandro Plotinsky). Web: www.ventajedrez.com


Los autos locos

Autoslot, Club de Scalextric: adrenalina para el pequeño pistero.

Te fabricás un universo más pequeño, pero sigue siendo incontrolable. Con tus amigos, en lugar de hacerte el pistero un domingo a las cuatro de la tarde, podés ir un par de horas a jugar Scalextric a Autoslot. Es viernes por la tarde, fuera del horario de oficina, y tres hombres que pasan tranquilos los treinta y pico, hipnotizados, siguen con la mirada el andar frenético de sus propios autos, que no por ser más pequeños que los que pasan frente a la vidriera del local dejan de ser veloces, hermosos y un poco caprichosos también. “La clave es bombear en la curva y apretar a fondo en la recta”, aclara Osvaldo luego de acomodar con suficiencia uno de los que ha descarrilado frente a él. Está en el rubro desde hace 16 años, pero no deja de sorprenderse frente a los juegos que él mismo vende, y recuerda vívidamente haber armado una pista digital con su hijo poco tiempo atrás, y haberse quedado, entre prueba y prueba, prendido al vicio. La digital es, por lejos, la mejor y más cara de todas las pistas: cuesta $2200 y se arrima más que ninguna a una competición con autos reales. Incluye medidores de nafta y la posibilidad de rebasar a los contrincantes que van por nuestro mismo carril. Las más económicas arrancan desde los $550 y el alquiler de la pista en Autoslot cuesta $20 la hora por cada jugador.

Quienes gusten pueden diseñar y armar su propia pista comprando las piezas color asfalto todas sueltas. Osvaldo recuerda a un grupo de mecánicos que, de tanto ir a jugar, terminaron comprando una entre todos y ahora se juntan a comer asado, tomar vino y correr medio borrachitos sin poner en riesgo al vecindario. Todos quienes disfrutan de una buena carrera de TC, F1, Rally o cualquier otra categoría se ven tentados de cumplir la fantasía de la velocidad en el Scalextric. Fantasía que no es, porque los mejores autos alcanzan velocidades cercanas a los 60 o 70 kilómetros por hora, está claro, sin conductor humano a bordo. En general, el valor de los autos ronda los $200; y hay modelos de colección que pueden llegar a costar el doble.

Autoslot SCX Club queda en Federico Lacroze 3016. Casa Central en Conde 750. Teléfono: 4551-9032. Web: www.autoslot.com

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