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Domingo, 19 de noviembre de 2006

MúSICA > RAMIRO MUSOTTO PRESENTA DISCO EN BUENOS AIRES

Sudamérica sampler

Radicado hace más de veinte años en Brasil, Ramiro Musotto es percusionista en un país de percusionistas, en el que desde que comenzó su carrera solista lo llaman “el nuevo milagro argentino”. A punto de presentar en Buenos Aires su nuevo disco, Musotto explica que el pulso central de su música sigue estando en construir puentes orgánicos entre la electrónica y las manifestaciones rítmicas de la Sudamérica tribal, de los ritos del candomblé al canto de niños indígenas guaraníes.

 Por Diego Oscar Ramos

En Salvador de Bahía todos son hijos de Orixás, aunque hayan nacido en Bahía Blanca, como Ramiro Musotto. A los 18 años Musotto partió a Brasil para estudiar percusión allí donde los multipresentes atabaques del candomblé hablan de una tradición cultural y religiosa que se respeta hoy y seguirá respetándose siempre. Como Carlinhos Brown, uno de sus artistas admirados, Ramiro incorpora los cánticos rituales a lenguajes musicales actuales haciendo una música que alguna vez calificó como junguiana. “Es como si fuera colectiva, anónima”, explica. “Una vez un amigo bahiano que es una autoridad del candomblé me dijo que la música que habíamos hecho era como si incluyese muchas personas que no estaban en el escenario, tal vez de generaciones anteriores”, dice desde su casa en Bahía, donde arma collages sonoros en los que toca sobre voces que lo fascinaron, generalmente ligadas a ritos de trance. “Mi amigo se refería al concepto afro y amerindio del ancestral”, aclara. Y da una clave: “Es importante mantener el link con el pasado: los temas y sonidos que elijo son como música de sentimientos colectivos, que nos incitan a congregarnos, a juntarnos sobre una emoción compartida. Y lo interesante es que se dé mediante el uso de la tecnología, es la paradoja y la gracia”.

VOCES MUSICALES

“El cacique guaraní Timoteo, un indígena argentino de Misiones que vive en una aldea cerca de Angra dos Reis, me prestó su grabación con niños de su aldea, con cantos que le enseñó su madre”, cuenta Ramiro, que en cada disco va incorporando sonidos de una colección personal en la que atesora registros que usa en vivo, o guarda hasta que algo le diga que llegó el tiempo de darles más música. Por ejemplo, en el tema “Gwyra Mi” comparte el regalo del cacique superpuesto a un discurso del Subcomandante Marcos sobre la causa indígena que encontró en Internet y que le generó un conflicto que solucionó la música. “Después de mucho collage, quedó como imaginaba. Pero lo mostré a algunos amigos totalmente metidos en política y todos sin excepción me sugirieron sacar la voz. Me decían que para qué me iba a comprometer con eso, que su imagen estaba saturada. Intenté encontrar otras voces sobre la causa indígena, pero no tenían musicalidad y lo que había logrado sonaba bien, aparte de lo político que implicaría. Entonces lo dejé.”

MILAGRO ARGENTINO

“Debe ser por lo insólito de destacarme como percusionista en Brasil siendo argentino, como un bandoneonista carioca”, explica Musotto sobre su apodo de “milagro argentino”, como lo suelen denominar en Bahía. Es algo que da gracia aunque no se considere un caso insólito, porque “el samba y la percusión brasileña cada vez más son menos privilegio de los brasileños”, apunta. Y explica: “Doy clases de berimbau, batucada y samba-reggae en Suiza, Francia, Suecia y Finlandia, donde vi excelentes batucadas y grupos de samba sin ningún brasileño. Porque se está transformando en una música universal como el rock, que antes era sólo de negros”. Es más, Musotto presagia una evolución universal de la MPB: “Creo que los propios brasileños van a ser influenciados por la batucada posmoderna europea”. Fue en Francia donde él mismo formó parte de esta evolución al crear la Berimbao Modern Orchestra, una formación de 12 berimbaus afinados que pueden oírse en la apertura del flamante disco Civilizaçao & Barbarie. Es el que Musotto, que toca percusiones y electrónica, presentará en Buenos Aires junto a su Orchestra Sudaka.

PERCUSION EMOCIONAL

“Un buen percusionista tiene que tener huevos, cerrar los ojos y viajar. Dejar el alma en el escenario, tocar con enorme placer, rabia o vuelo. Tiene que conocer bien una tradición musical, que le formateará la cabeza para entender y respetar las otras, y moldeará su musicalidad hacia la tradición que le interesa, alejándolo de la tentación técnica”, detalla Musotto, que les dice a los que tocan sólo con técnica que se dediquen a las demostraciones circenses, porque lo valioso es la emoción. Hoy dice sentirse más cerca de la música que de la percusión en sí. “No siento esa necesidad tremenda de tocar un instrumento. Puedo estar un mes sin agarrar un palillo, pero ni diez minutos sin pensar en música”, explica. “Estoy todo el día tocando cosas imaginarias con los dedos, mis manos nunca paran. A veces estoy hablando de una cosa y pensando en un ritmo recomplejo que no me sale, como ahora mismo.” Ramiro se ríe y cierra la idea: “Me ponés una compu con una buena silla y estoy un mes programando, reciclando grabaciones o sampleando”.

CORTAR Y PEGAR

Ramiro toca percusiones y corta y pega sonidos en su computadora desde siempre, también cuando creaba en los estudios patrones rítmicos y diseños sonoros para gente como Caetano Veloso o Daniela Mercury, por sólo tomar los dos opuestos de la larga lista de músicos brasileños con los que ha colaborado. Luego de tanto producir, sorprendió a todos con Sudaka, su primer disco, en el que convirtió el pregón de un botellero de su Bahía Blanca en canto dance, además de hacer bailar con el canto de una tribu pigmea. Una línea de trabajo que continúa en Civilizaçao & Barbarie. “Las primeras ideas salen de la computadora”, confiesa. “Luego paso a estudios grandes a grabar cosas acústicas como voces, berimbaus, percusiones, tambores, cavaquinhos. Y después vuelvo a la computadora para retocar todo y poner teclados.” Si bien su nuevo CD iba a ser doble, Musotto se concentró en 10 temas que fue desarrollando casi simultáneamente, para que hubiera una idea clara de unidad en este disco con título de inevitables ecos sarmientinos. Pero Ramiro corta y pega elementos que la cultura separa, jugando como los chicos, que ven todo unido, como enseñan los tambores.

Ramiro Musotto & Orchestra Sudaka tocan el miércoles en Neuquén (Sala Rainbow del Casino Magic, Ruta 22), el viernes en La Plata (Anfiteatro de la ex AMIA, Calle 4 entre 51 y 53) y el sábado en La Trastienda, Balcarce 460, a las 21.

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