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Domingo, 12 de enero de 2003

EL SIMPLE ARTE DE HABLAR

Por M.K.

“Chandler y yo habíamos sido convocados para realizar una emisión de veinte minutos en el programa de la BBC El arte de escribir thrillers”, prologa Ian Fleming su narración del encuentro en un artículo publicado en una revista londinense en diciembre de 1959. “Cuando llegó el día”, prosigue, “fue muy difícil meterlo en el estudio. Cuando fui a buscarlo a las once de la mañana su voz estaba ajada por el whisky. De todas maneras, la transmisión salió bien porque me concentré en manejarlo a través de una cantidad interminable de preguntas. Muchas de las respuestas de Chandler debieron ser borradas de la cinta y recuerdo que, cuando conversamos sobre Mickie Spillane y su retiro para expiar su culpa en los brazos de los Adventistas del Séptimo Día, Chandler comentó que ‘en cierta manera, es una pena. Ese chico fue de una gran ayuda para el pecado (en realidad aquí usó una palabra más brusca) en soledad en la literatura’. Más tarde se disculpó con las dos chicas bonitas de la sala de control y una de ellas dijo: Está bien, Sr. Chandler, escuchamos cosas mucho peores que ésa”.
La emisión radial tuvo lugar en julio de 1958, pocos meses antes de la muerte de Chandler, y fue recuperada hace algunos años y editada como parte de la “Radio Collection” de la BBC.
Algunos fragmentos de la charla resultan prácticamente ininteligibles, no tanto por la calidad de la grabación como por la voz de Chandler, que por entonces, con 70 años de edad (y la resaca de una noche con whisky), publicaba la que sería su última novela (y su último Marlowe): Playback. Promocionado a partir de su valor incalculable para los bond-maníacos, también se estima que este archivo constituye el único registro que se conserva de la voz (y la fatigada respiración de entonces) del creador de Philip Marlowe. Fleming rompe el hielo preguntándole acerca de la diferencia entre el thriller americano y el británico, y la conversación deriva en los prejuicios de la crítica norteamericana de la época contra el escritor de género.
Raymond Chandler: En los Estados Unidos, uno puede escribir una novela histórica repleta de sexo y tener éxito y hasta ser tratado con respeto. Pero un escritor de novelas de misterio mucho más talentoso apenas conseguirá una reseña de un pequeño párrafo. Por encima de todo, no se hace ningún intento por juzgarlo como escritor.
Ian Fleming: Sin embargo, usted ha logrado posicionarse como escritor.
RC: Pero, ¿cuánto tiempo me ha llevado? Pasan como diez años antes de que tu propio editor se entere de que uno sirve para algo (risas).
IF: Sus primeras historias hoy ya tienen una reputación más que respetable. ¿De dónde obtiene su material? Siempre tiene estas ambientaciones californianas....
RC: Viví muchos años en Los Angeles, y en esa época nadie había escrito acerca de Los Angeles. Se había escrito un libro sobre California, llamado Ramona, un fracaso sentimental. Pero nadie en mis tiempos había intentado escribir con el trasfondo de Los Angeles de una manera realista. Claro que ahora la mitad de los escritores en Norteamérica viven en California.

EL SIMPLE ARTE DE MATAR (HEROES Y VILLANOS)
IF: No sé si a usted también le ha ocurrido, pero a mí me es extremadamente difícil escribir acerca de los villanos. Encuentro a los villanos como personas sobre quienes me es muy difícil echar mano sin convertirlas en una especie de héroe malo. El villano realmente bueno y sólido es una persona muy difícil de construir.
RC: Yo no creo que mi mente haya pensado alguna vez que alguien sea realmente un villano.
IF: Pero creo que hay algunas personas realmente muy villanescas allá afuera. Escuché que hubo otro asesinato la semana pasada en Nueva York, uno de esos tipos conectados con el gremio portuario... ¿Cómo se llama?
RC: ¿Albert Anastasia?
IF: Anastasia, sí.
RC: Muy simple. ¿Quiere que le describa por qué es así? Antes que nada, los jefes del sindicato deben decidir que hay que matar a alguien. Pero ellos no quieren matar a nadie, eso se sabe. Por eso, cuando toman la decisión, telefonean a un par de tipos, digamos, en Minneapolis que trabajan en una ferretería, algún negocio respetable. Estos tipos entonces viajan a Nueva York, donde reciben instrucciones y les dan fotografías del hombre y les dicen lo que se sabe sobre él; luego, cuando se suben al avión –si es que se suben al avión– les dan pistolas, pistolas que han pasado por tantas manos que nunca podrán ser rastreadas. Entonces van a donde vive el hombre, se consiguen un departamento del otro lado de la calle, alquilan una habitación y lo estudian por días y días y días, hasta que saben exactamente cuándo sale, cuándo vuelve a casa, qué hace. Y cuando están listos simplemente caminan hacia él y le disparan. Deben tener un “auto de choque”. El auto de choque es por si acaso llega a pasar un patrullero. Entonces lo estrellan accidentalmente a propósito, y se van y se suben de vuelta al avión.
IF: Y arrojan la pistola.
RC: Siempre arrojan la pistola.
IF: ¿Y cuánto le pagan a cada uno?
RC: Diez mil.
IF: ¿Diez mil cada uno?
RC: Sí, en caso de que la víctima sea un hombre importante. Poco dinero para un sindicato.
IF: Y ellos se vuelven a sus trabajos en la ferretería en Minneapolis.
RC: Sí. No les importa el tipo, ellos vuelven a sus vidas, para ellos es sólo un trabajo. Pero deben ser cierta clase de persona, si no, no lo harían. Me refiero a que no son como nosotros, nosotros no lo haríamos.
IF: Bueno, eso es algo que no me puedo imaginar haciendo.
RC: Bueno, yo he conocido a alguna gente a la que me gustaría dispararle.
IF: ¿Alguien en Inglaterra?
RC: No... no en Inglaterra.
IF: En lo que respecta a los villanos, esta gente que usted ha descrito, hay que ser capaz de persuadir al lector de que el hombre no debe sercompadecido por ser un hombre enfermo. Y es difícil delinear a algunos villanos sin convertirlos en psicópatas.
RC: Es casi imposible imaginar a un hombre absolutamente malo que no sea un psicópata.
IF: Es cierto, lo sé, pero entonces uno termina generando cierta piedad hacia el personaje, por eso es que los villanos son tan difíciles de construir.
RC: Uno tiene este costado muy humano, como que el villano es muy bueno con su familia, pero...
IF: Uno no puede inventarlos...
RC: (respiración pesada) Tampoco se encuentra a nadie que sea del todo malo...
IF: Ahora bien, su héroe, Philip Marlowe, es un verdadero héroe, se comporta de una manera heroica. Mi personaje principal, James Bond, en cambio... Yo nunca pretendí que fuera un héroe, pretendía que fuera una especie de instrumento rústico al servicio de un departamento del gobierno que lo introduciría en situaciones bizarras y fantásticas de las cuales terminaría escapando a los tiros, saliendo de ellas de una manera u otra. Pero, por supuesto, siempre se lo considera mi héroe, aunque yo mismo no lo vea como un héroe. Uno quisiera verlo así, porque entonces ciertamente escribiría sobre él con más sentimiento y amabilidad.
RC: Bueno, yo creo que sí lo logra en Casino Royale.
IF: ¿Lo cree así? Creo que tiene algunas emociones sobre el final, cuando la chica muere...
RC: Eso está bien. Un hombre con ese trabajo no puede darse el lujo de tener emociones tiernas.
IF: Bueno, eso es lo que yo creo.
RC: Él las siente pero debe reprimirlas.
IF: Philip Marlowe las siente y habla sobre ellas.
RC: Siempre está confundido. Como yo.
EL PROXIMO BOND (Y EL PROLIFICO SR FLEMING)
RC: ¿Cómo se llama su próximo libro?
IF: Goldfinger.
RC: ¿Cómo puede escribir tantos libros con todas esas otras cosas que hace?
IF: Bueno, me siento y me toma dos meses hacerlos en mi cabaña en Jamaica. Cada año, en el verano.
RC: Yo no puedo escribir un libro en dos meses.
IF: Eso está bien. Usted escribe mejores libros que los míos.
RC: Puede ser, como puede que no, pero de todas maneras no puedo escribir un libro en dos meses. El libro que más rápido escribí, lo escribí en tres meses. Usted conoce esta historia acerca de Edgar Wallace cuando va a Hollywood y le piden que escriba una historia original para un guión y esperan que le tome seis semanas. Eso es como pedírselo el viernes y querer verlo el lunes.

SER O NO SER (MARLOWE)
IF: Su viejo personaje, su héroe Philip Marlowe, ¿está más o menos basado en usted mismo? Yo ciertamente veo una relación distintiva entre usted y Marlowe.
RC: Bueno, no deliberadamente. En cierto modo, simplemente ocurrió.
IF: Yo no diría que hay una relación muy directa entre mi personaje y yo mismo...
RC: ¿Puede jugar baccarat tan bien como él?
IF: No, pero me gustaría jugar. Lo amo, me encanta apostar.
RC: Yo no disfruto de las apuestas para nada. Es el único vicio que no poseo.

EL PROXIMO MARLOWE
(LOS HEROES NO SE CASAN)
IF: ¿Y si próximo libro?
RC: Me encuentro en una encrucijada en este momento...
IF: ¿En qué sentido?
RC: Pensé que Marlowe debería casarse...
IF: ¿Marlowe va a casarse?
RC: Sí, pero va a haber una pelea muy desagradable, porque a ella no le va a gustar que él siga pegado a su profesión y a él no le va a gustar para nada la manera en que ella quiere vivir: una casa costosa en Palm Springs. Así que va a haber pelea y probablemente termine en divorcio, no lo sé.
IF: Oh, lo siento. ¿No le gustaría ir y matarla, tal vez?
RC: ¿Matarla?
IF: Sí.
RC: Oh, no, ella es demasiado agradable...
IF: Ella es Linda, ¿no es así?
RC: Sí.
IF: Bueno, yo no creo que mi personaje vaya a casarse.
RC: (ignorando el comentario anterior de Fleming) Por supuesto que Marlowe podría ser asesinado, y eso solucionaría un montón de problemas. Uno de ellos sería que ya no tendría que escribir más libros sobre él (risas).

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“No sé si a usted también le ha ocurrido, pero a mí me es extremadamente difícil escribir acerca de los villanos. Me es muy difícil hacerlo sin convertirlos en una especie de héroe malo. El villano realmente bueno y sólido es una persona muy difícil de
construir”. Ian Fleming

“Yo no creo que en mi propia mente haya pensado alguna vez que alguien sea un villano”.
Raymond Chandler
 
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