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Domingo, 3 de junio de 2012

No lea esto si no quiere enterarse de cómo termina “House”

Evitar la muerte, entonces. Mientras el programa piloto de la serie partía de una premisa analítica, también inglesa, una especie de leit-motiv lógico, “todos mienten”, el último capítulo de House abre con una idea que rima y que muchos sospechaban desde que se vio al personaje en esa especie de declive ininterrumpido hacia la nada: “todos mueren”. Gregory House, en lo que sospechamos sus últimas horas, tiene un diálogo abierto (dentro de su cabeza: ¿el tribunal moral kantiano en un personaje amoral?) con los protagonistas muertos de la serie (Kutner, Amber) y luego con los vivos que ya no ve (Thirteen, Cameron, su ex esposa, Stacy Warner), para meditar en torno de aquello que tantas veces evitó y que ahora se vuelve una realidad palpable, irracional: su muerte, pero también, la muerte de Wilson (diagnosticado con un cáncer terminal en los últimos capítulos).

¿Cuál es el gran conflicto, la gran lucha que termina la serie? No hay grandes descubrimientos, todo lo contrario: en esta sucesión de situaciones lógicas, racionales, otra de las grandes frases del personaje, “nobody changes”, nadie cambia, aparece puesta en juego en toda esta confrontación de fantasmas del pasado y del presente que interrogan a House para cuestionar las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida. El dialoga con lo que nunca tuvo, precisamente: una conciencia, la posibilidad de distinguir cuáles eran las mejores decisiones que podía tomar para llevar una vida provechosa”. Cual rock star, siempre tiró todo por la borda: eso, al menos, es lo que comenta Wilson en uno de los diálogos recordados por la serie de flashbacks que llevan adelante el episodio.

¿Puede una serie norteamericana terminar con el fallecimiento del protagonista? No, hubiera sido genial, pero no... En la última escena descubrimos que House engañó a todos con su deceso en una especie de cierre ambiguo en donde nos imaginamos una última posibilidad: ¿no sucederá todo dentro de la cabeza de Wilson? ¿Realmente House habrá llevado el intelecto pragmático hasta la consecuencia misma de hacerle una trampa a la muerte? En un capítulo en donde “todos mueren” no hay un solo muerto entre los protagonistas, sino dos amigos que, al estilo Easy Rider, dejan el mundo atrás para enfrentarse, tal vez, en algún momento que ningún televidente podrá ver nunca en la historia, a la muerte.

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