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Domingo, 2 de abril de 2006

DEPORTES

Los dirigentes jugaron su propio clásico a lo largo de la historia

Disputas de sedes mundialistas y retaceo de entradas al visitante forman parte del folclore de Central-Ñuls. Pero las palmas se las lleva Eduardo López, al quedarse con fondos de un embargo a su rival.

 Por Alejo Diz

El clásico entre Central y Ñuls ha regado al fútbol de la ciudad de involdidades anécdotas deportivas. Jugadores introvertidos, encuentros heroicos, entrenadores carismáticos, el ingenio del hincha y algunos goles cinematográficos forman parte del acervo deportivo que construyeron canallas y leprosos tras más de cien años de rivalidad. Y los dirigentes también han hecho su humilde aporte. En alguna oportunidad Antonio Rodenas logró que Central sea el club designado para construir el estadio mundialista que permita a Rosario ser subsede del certamen ecuménico. Luego fue el club del parque Independencia el elegido para albergar el Mundial Juvenil Sub 20. Más cerca en el tiempo, Ñuls se quedó con plata de Central en un clásico y esto derivó en una causa penal que hoy tiene el presidente leproso bajo la mirada del Tribunal Oral Federal Nº 2.

No sólo de goles, estadísticos, cargadas, abandonos y de parlantes se nutre el fútbol rosarino. Auriazules y rojinegros se enfrentan dentro de un campo de juego y también fuera de él. La rivalidad es tan marcada que a veces los actores pierden el sentido común y caen en deslices que perjudican al adversario por fuera de los limites que ofrece un partido de fútbol.

Algo de eso sucedió el 3 de diciembre de 2000. La 141º edición del clásico rosarino tenía como escenario el Coloso del Parque. Los leprosos, conducidos por Jorge Ribolzi, debían recibir a los canallas, dirigidos por Edgardo Bauza. El partido correspondiente a la 17º fecha del Apertura encontraba a dos conjuntos con rendimientos devaluados. A la postre, Central terminó en la 12º posición con 24 puntos, al igual que Ñuls, aunque por diferencia de gol la lepra se quedó en la 13º ubicación. Por conyuntura deportiva, los dos equipos buscaban salvar la temporada con un triunfo en el clásico. Y para aquella oportunidad Eduardo López les negó a los simpatizantes canallas cederle un sector de plateas.

Ñuls había puesto a disposición de los visitantes sólo 9000 generales a un costo que, por entonces, sorprendió: 15 pesos. A la sazón, los simpatizantes canallas dejaron en boleterías 135 mil pesos o dólares (aún eran tiempos de paridad cambiaria). ¿Por qué López aceptó ceder sólo la tribuna que da al Palomar? Uno de los motivos, sin dudas, fue que en esa temporada las dirigencias de ambas instituciones (Víctor Vesco en Central) habían acordado para los clásicos que los clubes se quedan con el dinero que dejaran en boleterías sus respectivos hinchas, sea para el choque en el Gigante de Arroyito como en Coloso en el Coloso del Parque.

Pero además del fervor que tuvo la previa del encuentro, con localidades visitantes rápidamente agotadas, apareció un tercer e inesperado, protagonista. Se trata de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) que en la semana previa notificó a las autoridades de Ñuls para actuaran como agente de retención sobre Central. ¿El motivo? Una añeja deuda que mantenían los canallas con el fisco y que obligó al organismo impositivo a embargar la recaudación de los auriazules para poder cobrar parte de la dinero exigido.

Ñuls acató la decisión del fisco y no le cedió a las autoridades de Central un sólo peso de lo recaudado en el clásico. Así Central empezaba a saldar parte de sus atrasos impositivos. Pero al poco tiempo aquella deuda que se había pagado con lo recaudado por la venta de generales a los canallas volvió a ser reclamada por el fisco. ¿El motivo? Eduardo López se olvidó de depositarle al fisco el dinero que le había retenido a los canallas. El mandamás del parque Independencia fue intimado por la Afip en diversas oportunidades para evitar llegar a una instancia judicial. Pero los pedidos no fueron respondidos y López se quedó con el dinero de Central.

Como fruto de aquella irregularidad, la Afip se presentó en la Justicia Feferal para iniciarle una nueva querella al mandamás leproso. Aquella grave falta impositiva descansa en la causa 168/00 y llegó al Tribunal Oral Federal Nº 2 que está cargo de los doctores Omar Digerónimo, Beatriz Barabani y Jorge Venegas. En la Afip aún no saben porqué motivo no citaron a López. Aunque el principal perjudicado fue Central. Es que el fisco ya le cobró al club de Arroyito aquel atrasado impositivo, por lo cual la irresponsabilidad de Ñuls obligó a los canallas a pagar dos veces la misma deuda.

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En el año 2000 Ñuls hizo de entidad recaudadora, pero la planta nunca llegó a la Afip. López no le dió un peso por entradas a Central, pero luego tampoco lo entregó al órgano impositivo.
 
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