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Viernes, 18 de septiembre de 2009

CULTURA / ESPECTáCULOS › OTRA SALA TEATRAL QUE REABRE EN LA CIUDAD: CARAS Y CARETAS

Piripincho vuelve a casa

Cuando la remodelación estaba en marcha, en 2004 apareció un grupo inmobiliario que ofreció comprar la propiedad ubicada en pleno centro. Ansaldi-Piripincho, dudó ante las oferta tentadora, pero, al final, entendió que allí estaba su vida.

 Por Edgardo Pérez Castillo

La de Caras y Caretas es como esas historias de película, ésas en las que los sueños se enfrentan al sistema. "Va a quedar metida entre todos los edificios como una especie de isla", grafica Héctor Ansaldi, fundador de la sala junto a Mirko Buchín en 1973. Y será una isla cargada de arte y risas, la de Corrientes 1518, ésa por la que pasaron directores como Miguel Bebán o Carlos Luis Serrano (que durante los primeros años dejaron su marca con estéticas personales), hasta que Ansaldi asumió la conducción de un escenario que vería nacer a personajes históricos como su propio Piripincho o como La Porota, de Liliana Gioia. Allí funcionó, y funciona, también la Escuela de Clown, profundizando en la formación de una importante cantidad de artistas, y cobrando así carácter de "semillero".

Así lo entiende Victoria Fernández, presidenta de la Asociación Civil Caras y Caretas que esta noche, a las 22, celebrará la esperada reapertura. "Mucha gente encontró a partir de Caras y Caretas una vía para hacer de esto una verdadera profesión y vivir de ello, que no es fácil acá en Rosario. Pero el que ama éso se juega realmente", afirmó Fernández, que además relató el proceso que de recuperación de un espacio cuya continuidad corrió peligro ya que, al momento de renovar la habilitación en 2004, una serie de normas impedían el normal funcionamiento de una sala que se veía obligada a la remodelación. "Nos costó mucho poder hacer toda la reestructuración en la casa, y en el interín hubo ofertas muy tentadores para comprar el terreno, pero Héctor decidió que allí estaba su vida. Y la verdad que ahora lo podemos inaugurar con mucha emoción".

En medio de los preparativos finales para la celebración, Ansaldi ya recuerda con tranquilidad aquellas instancias difíciles. "En un punto era para quemarlo, incendiarlo o venderlo --confesó--. Pero después cuando llegó concretamente la situación de venderlo no pude. No pude por todo lo puesto acá. Fue bastante duro, pero ahora vamos a abrir. Estuve cerca de dejarlo cuando ya no se podía mantener bien, cuando tuvimos un problema con la habilitación. Y me lo querían comprar, porque al lado iban a poner un hotel que necesitaba el doble de espacio, y vinieron concretamente con la idea de comprarlo. Ahí fue cuando se movieron las cosas más profundas, lo emocional, y ví que no podía hacer éso. Porque hice doscientas obras de Piripincho que decían lo contrario, entonces en el fondo iba en contra de mí mismo. Decidí que había que seguir para adelante. Y cuando decidimos éso vino la pedrada, entonces todo lo que íbamos a invertir para remodelar, por las exigencias municipales, lo tuvimos que invertir en el techo, hacer un techo nuevo. Así y todo me puso más pilas para seguir".

Después de un prolongado período dedicado a la remodelación, Caras y Caretas volverá a funcionar con una fisonomía completamente renovada, pero que no ha perdido su esencia, según remarcó el actor y director: "Ahora es prácticamente como una sala nueva, es una renovación purificadora, lo siento así. Y queda la historia. A mí me decían que vendiera y lo armara en otro lado, pero evidentemente los lugares tienen algo que no se puede conseguir muy fácil, no es nada más que el edificio. Y la gente se da cuenta, porque estuvimos haciendo algunos varieté para recaudar y la gente nota que hay algo que se mantiene acá".

Con ese respaldo, la sala abrigará a diferentes propuestas. En ese sentido, Fernández adelantó cuáles serás los lineamientos que se propondrán desde la programación: "Están las puertas abiertas a producciones locales y otras que vengan de Buenos Aires o de otras provincias. En general desde hace unos años el perfil viene siendo la comicidad. Porque a partir de que está la Escuela de Clown, y las producciones apuntan a la comicidad, tratamos que éso sea lo más grosso dentro de la programación. Pero también va a haber música, va a haber teatro dramático. Ahora la sala funciona como café concert, entonces está abierto a distintos espectáculos. Incluso se habilitó un barcito que va a estar disponible en horas de ensayos, de clases y talleres, o sea que la gente que se sienta a tomar un café también puede presenciar un ensayo. La idea es abrir las puertas en todo sentido".

Por lo pronto, en octubre las funciones arrancan con La gran cómica y su valet, de Liliana Gioia, y las acutuaciones del grupo Los Cómicos de Miércoles, de la Escuela de Clown. Más tarde, claro, le llegará el turno a Piripincho, esa figura emblemática de un espacio que vuelve a abrir sus puertas con su rica historia a cuestas.

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"Decidí que había que seguir para adelante", dijo Héctor Ansaldi.
 
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