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Lunes, 8 de febrero de 2010

CULTURA / ESPECTáCULOS › "OCHO Y MEDIO", LA GRAN PELíCULA DE FELLINI, ESTA NOCHE EN SALA MADRE CABRINI.

Sobre el arte, la memoria y la muerte

La película -estrenada en la ciudad en el '63- se mueve en un terreno de fronteras borrosas entre la realidad y el sueño, los recuerdos y las fantasías, desde la figura de un realizador de cine que está pasando por una crisis creativa.

 Por Emilio A. Bellon

A propósito del estreno de Nine Una vida de pasión, que actualmente se exhibe en algunas salas, el nombre de Federico Fellini ha vuelto a ser, afortunadamente, tema de conversación. Supuestamente el film se proponía revisitar el universo del gran mago y fabulador y particularmente intentaba volver a jugar con lo está allí, desde siempre y para siempre, en Ocho y medio, para muchos su film más emblemático. "El famoso director y autor Guido Anselmi está atravesando una profunda crisis creativa. El tiempo acordado transcurre inexorablemente, mientras los productores y periodistas lo apremian, ansiosos de saber en qué punto se encuentra el trabajo para su nueva película", decía la información de prensa de entonces.

Pero la transposición al cine de la comedia musical Nine, estrenada en Broadway a fines de los 80, con Raúl Julia en el rol que ha sido asignado a Daniel Day Lewis, no pasa de ser una artificiosa y glamorosa pasarela de estrellas, un desfile no ya circense sino de marketing y un film que en su armado pastiche termina dejando atrás el fascinante resplandor y los prolongados ecos del film de Fellini.

Estrenada en Rosario el 11 de noviembre de 1963, en las salas de los cines Empire y Gran Rex, Ocho y medio pasó a ser inmediatamente uno de las grandes películas de culto que los distintos espacios alternativos comenzaron a programar, tales como Grupo 65 y Arteón, viéndose posteriormente en diferentes lugares de la ciudad.

Ocho y medio forma parte de la variedad de títulos que ofrece la sala Madre Cabrini esta semana. Y se podrá volver a admirar hoy a las 21.30, tras la proyección de Orgullo y pasión de Stanley Kramer, drama histórico ambientado a principios del siglo XIX en los años de las campañas napoleónicas, interpretado por Sofía Loren, Cary Grant y Frank Sinatra.

Film sobre "el arte, la memoria y la muerte" definido así por el propio Fellini- Ocho y medio se mueve en un terreno de fronteras borrosas entre la realidad y el sueño, los recuerdos y las fantasías, desde la figura de un realizador de cine que está pasando, ya desde el momento de apertura del film, una crisis de creatividad. Guido, tal es el nombre del personaje, está interpretado magistralmente por el siempre recordado Marcello Mastroianni, quien, en el film presenta algunas conductas que lo emparentan con el propio realizador.

Pero esto no lleva a afirmar que Fellini a través de su film nos cuenta su, autobiografía, en tal caso todo Ocho y medio hay que ubicarlo en el espacio de una "invención" que se recrea constantemente y que pone en escena (también se proponía esto en Amarcord) la fuerza del propio acto de crear; para Fellini, "un descenso a los infiernos".

Es entonces que a lo largo del film, vemos cómo Guido, quien se encuentra ahora en una estación termal, va recreando, rememorando escenas de su propia vida, momentos del pasado, las mujeres que lo amaron, la presencia amenazante de los preceptos y dogmas religiosos, los días de la infancia, el sueño del harem propio, el deseo de escapar, de huir, de fugarse de esta realidad que él siente que lo limita.

Ocho y medio es un film sobre un personaje, sus fantasmas y obsesiones, es una puesta en escena de la "comedia de la vida", es un viaje interior que permitirá a Guido reencontrarse con los personajes que lo habitan. En tono circense, con luces de sets de filmación, Ocho y medio se va siguiendo, casi con la boca abierta, desde la partitura musical compuesta e interpretada por el gran Nino Rota.

Rodada a continuación del episodio Las tentaciones del Dr. Antonio, que integra el film colectivo Boccacio 70 del 62 (desafiante y burlona respuesta de Fellini hacia la Iglesia por la manera en que habían atacado otra de sus obras maestras, La Dolce Vita), y antes de Giulietta de los espíritus, Ocho y medio cuenta con la actuación de Anouk Aimèe, Sandra Milo, Claudia Cardinale, Eddra Gale, entre otros. El film mereció dos Oscars en su momento: mejor film extranjero y mejor vestuario. La fotografía que se mueve en diferentes registros del blanco y negro lleva la firma de Gianni Di Venanzo.

Las razones del título tienen que ver con el lugar que este film ocupa en su filmografía, teniendo en cuenta que su opera prima de 1950 Luces del varieté la realizó junto a Alberto Lattuada, tras haber participado en los films más representativos del período neorrealista de Roberto Rossellini, Roma, ciudad abierta y Paisá como co guionista.

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Guido, tal es el nombre del personaje interpretado magistralmente por Marcello Mastroianni.
 
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