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Viernes, 23 de noviembre de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL TEATRO MUNICIPAL LA COMEDIA REPUSO UN GUAPO DEL 900 DE EICHELBAUM

Relaciones mezquinas de ayer y hoy

Adaptada por Marcelo Camaño, y dirigida por Esteban Goicoechea y Miguel Bosco, la obra brindará sus tres últimas funciones

El Teatro municipal La Comedia ha vuelto a impulsar un proyecto que colabora con la profesionalización en el ámbito rosarino. Y ha sido nuevamente un clásico el elegido para esta nueva propuesta: Un guapo del 900, de Samuel Eichelbaum, es la puesta que (tras la adaptación del guionista Marcelo Camaño) dirigen Esteban Goicoechea y Miguel Bosco, y que este fin de semana brindará las últimas tres funciones de su temporada inaugural. El escenario, lógicamente, será el de Mitre y cortada Ricardone, y las presentaciones se realizarán esta noche y mañana, a las 21, y el domingo a las 20, siempre con las actuaciones de Carlos García, Claudia Schujman, Laura Copello, David Giménez, Juan Pablo Yevoli y Maximiliano Fonseca.

Esteban Goicoechea fue quien distinguió que la propuesta surgió precisamente desde la sala municipal, en un nuevo reconocimiento a la labor de los teatreros locales. "La gente de La Comedia nos convocó para que dirigiéramos la obra junto con Miguel. Querían hacer un clásico y nos propusieron esta obra, con adaptación de Camaño. Es una convocatoria interesante, una forma de profesionalizar el teatro en cuanto a los honorarios. En el teatro rosarino ya se trabaja profesionalmente a niveles de actuación, escritura y dirección, con mucho estudio y experiencia, pero nunca se logra este tipo de trabajo".

En relación a la versión original de Eichelbaum presentada en 1940, hay aquí una reducción en la cantidad de personajes, y una selección de las escenas centrales. Al respecto, el director apuntó: "Lo que intentamos hacer fue lograr una versión muy contemporánea. Empezamos rompiendo muchas estructuras, pero después la obra nos empezó a llevar hacia su estructura original. Está muy bien hecha, tiene una estructura que no nos permitía meterle mano. Y si bien es un sainete, un grotesco, desde la puesta mantuvimos el lenguaje, el canyengue porteño, pero tratando que tuviera un grado de verdad, sin usar la musicalidad del sainete. Sobre todo para lograr estar más cercanos al público de hoy, y considerando la experiencia con nuestro grupo Pata de Musa, con el que usamos un lenguaje más realista, cercano al cine y la televisión. Esa actuación la mantuvimos así para lograr más empatía con el público".

Luego de dos fines de semana de funciones, la obra se despedirá del público local, para reiniciar la temporada el próximo año. Con algunas modificaciones, según adelantó el director. Pero, por sobre todas las cosas, evidenciando que, como buen clásico, el texto no ha perdido vigencia. "Lo que nos gusta de la obra es el conflicto interno que pasa por la cabeza del guapo. Buscamos darle una vuelta de rosca a los personajes en cuanto a exacerbarlos en la locura, y la gente se va a encontrar con las relaciones de estos personajes, que son un poco miserables, mezquinas. Se trata de conflictos humanos muy primarios, que logran mucha identificación con gente de cualquier época. Eso es lo que me gusta de los clásicos", concluyó Goicoechea.

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Una de las escenas de Un guapo del 900, según la versión dirigida por Bosco y Goicoechea
Imagen: MR
 
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