rosario

Miércoles, 21 de mayo de 2008

CORREO

Apropiación

Apropiar significa tomar como propio algo que no lo es. Tomar como propia a una persona es un delito. Hoy hay alrededor de 400 jóvenes apropiados que no conocen su identidad.

La apropiación es un acto violento contra una persona que pasa a ser una víctima hasta el momento en que se le restituye su identidad. Una persona apropiada no sabe que quienes dicen ser sus padres no lo son, no conoce su verdadero origen, su verdadero nombre; estar apropiado es, además, no conocer a la verdadera familia, no saber qué pasó con sus padres. Es también desconocer que quienes lo apropiaron están implicados en el genocidio. Por lo tanto, los 400 jóvenes apropiados durante la práctica sistemática ejercida por los terroristas de Estado viven en una situación de violencia, incluso algunos de ellos viven con los torturadores y asesinos de sus madres y padres, sin saberlo. Por eso, porque son víctimas, no están eligiendo: están siendo sometidos a la apropiación.

Es obligación del Estado garantizar el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos. Y uno de esos derechos es el de la identidad. Por eso sería inadmisible que cualquier integrante del Estado no cumpla su obligación de tutelar el goce del derecho a la identidad de los 400 jóvenes apropiados, nuestros hermanos. Sería muy grave que la Justicia no comprenda que un joven apropiado no puede ser quien deba decidir, porque vive sometido. Si el Estado permite que se siga perpetuando el delito de apropiación, además de ser cómplice, está avalando que cientos de personas sean violentadas, porque quienes los criaron son represores: alguien que torturó, asesinó y robó niños en centros clandestinos de detención, tortura y exterminio es la misma persona cuando llega a su casa. Así, estos jóvenes conviven con represores desde hace 30 años.

Sabemos que ustedes, los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, están en condiciones jurídicas de fallar sobre dos causas que atañen a toda la sociedad, pero de manera más cercana a quienes somos víctimas directas del terrorismo de Estado o familiares de ellos. Por eso queremos expresarles nuestra preocupación ante estos posibles fallos vinculados a la búsqueda de la identidad de Emiliano y Guillermo Prieto Gualtieri, quienes podrían ser algunos de nuestros hermanos apropiados que buscamos desde hace 30 años.

Nos preocupa que la Justicia no acompañe el compromiso de la sociedad por la verdad, la memoria y la justicia; que no acompañe a los 400 jóvenes que aún viven apropiados y no conocen su identidad; que no acompañe a las Abuelas de Plaza de Mayo, las Madres, los H.I.J.O.S. y demás organismos de Derechos Humanos en la búsqueda de la verdad. Porque si ustedes no colaboran en el cumplimiento del derecho a la identidad de las personas, están siendo cómplices de un delito.

H.I.J.O.S.

Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio

http://hijosr.blogspot.com/

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