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Domingo, 10 de julio de 2011

CIUDAD › VANESA MURIó POR QUEMADURAS TRAS UNA DISCUSIóN CON SU MARIDO.

Desesperado pedido de justicia

Tenía un hijo de cinco años y tuvo una beba antes de fallecer tras estar cuatro meses internada por las quemaduras sufridas. No hay pruebas contundentes pero había muchos antecedentes de violencia en su hogar. "Queremos justicia, son muchos indicios", piden.

 Por Sonia Tessa

Vanesa Celma tenía 27 años y estaba embarazada de ocho meses. Sabía que su marido, Omar Díaz, mantenía una relación paralela, y lo resistía. En la noche del 29 de junio de 2010, él llegó a la casa compartida después de dos días de ausencia, y sobrevino la discusión. El nene de cinco años escuchó todo. No le resultaban extrañas las escenas de violencia, porque Vanesa sufría el maltrato, en silencio, desde hacía años. Discutieron, hubo amenazas, y el niño salió desesperado a pedirles ayuda a los vecinos. La mamá se estaba prendiendo fuego. Al día siguiente, a Vanesa le hicieron una cesárea en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Nació una nena que hoy es criada por la familia de ella. Cuatro meses estuvo internada, primero en terapia intensiva y luego en el área de Quemados del HECA. Vanesa suplicaba que no la dejaran sola, tenía miedo. Toda su familia se turnaba para cuidarla. Cuando iba a verla, su marido, sobreactuaba la preocupación. "Mirá lo que te hiciste", le decía. Aterrorizada -como lo sigue estando su hijo- Vanesa habló con una enfermera, le contó lo ocurrido. Le dieron el alta a fines de octubre, pero una semana después tuvieron que volver a internarla, por un cuadro de deshidratación, y el 22 de noviembre murió.

Desde entonces, su mamá batalla contra la injusticia y contra el cáncer que se le declaró pocos meses después de la muerte de su hija. La causa, que tramita la jueza Mónica Lamperti, no tiene imputados, aunque sí se tomaron algunas testimoniales. La familia de Vanesa Celma recurrió a un abogado particular, que no se constituyó nunca como querellante. Desesperados, fueron al Centro de Asistencia Judicial (CAJ), donde los asiste el abogado Martín Riccardi. La directora del CAJ, Carla Cerliani, confirmó la existencia de la denuncia y adelantó que solicitaron algunas medidas de prueba, como el testimonio de la enfermera, pero se resolverán después de la feria judicial.

En tanto, en el área de Quemados del HECA recordaron que Vanesa sufría una profunda depresión, y que era acompañada permanentemente por sus familiares. Vanesa quiso ahorrarles a los suyos el detalle de lo ocurrido, pero sus hermanos y su madre están convencidos de que no se quemó sola, sino que fue agredida por Díaz. "Desde el momento en que Vanesa estuvo en coma, él iba a verla en el horario de los informes, y le decía: 'Mirá lo que te hiciste'. Cuando ella salió de terapia, le pudieron poner el traqueótomo, la alcanzamos a ver caminar, manejar un celular, pero estaba toda la infección por dentro. Ella alcanzó a salir y estar en la casa una semana, se deshidrató totalmente, la volvimos a internar y el 22 de noviembre se murió. Día a día se fue perdiendo más", relató Eva Domínguez, esposa del hermano de Vanesa, y una de las más enfáticas denunciantes del caso.

Eva se mete en todos los portales de noticias y páginas de organizaciones defensoras de derechos de las mujeres para denunciar el femicidio de su cuñada. "Ella le contó el secreto a una de las enfermeras. Lo único que pedía era no quedarse nunca sola, tenía miedo de algo", relató a Rosario/12. Díaz --que es árbitro de fútbol-- no estuvo nunca preso, tampoco está imputado en la causa, y hace tres meses comenzó los trámites para recuperar la tenencia de sus hijos. El juez de familia Raúl Tierra se la otorgó. Para Eva, es inadmisible. "Cómo decide darles la tenencia sin consultar con psicólogos, no se entiende. El nene no lo quiere ver", expresó. Díaz vive con la que era su amante, en la casa que compartía con Vanesa. El dato, que puede parecer menor, provoca indignación en la familia de Vanesa.

Para la familia de Vanesa, la muerte fue un golpe demasiado duro de soportar. "Pensábamos que ella salía. Tengo guardadas esas fotos de su cuerpo quemado, también se las di al abogado. Lo único que queremos es que se haga justicia. Son muchos los indicios. La noche que le contó a la enfermera lo que había pasado, le empezó a enumerar también todas las veces que él le pegó, y por qué, y que le decía que no le contara a nadie, que no le iban a creer. Para las fiestas, ella llegó con un ojo morado, pero nos dijo que le habían querido robar en el cajero", expresó Eva, que planifica una acción pública para alertar sobre este femicidio. No tiene dudas de que Vanesa fue asesinada.

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Vanesa pedía "no quedarse sola cuando estaba internada".
 
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