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Viernes, 4 de julio de 2014

CRIMEN ABERRANTE

La víctima sin nombre

Le deformaron el rostro a ladrillazos. Por lesbiana. La prensa de su provincia sacó la noticia sin pedirle consentimiento. Aquí, sin firmar, la víctima hace un descargo en clave para que quienes la amenazan no tomen represalias. Es un relato desde el miedo. Sin la tristemente típica foto que muestra las marcas, este testimonio habla de una realidad. La violencia sigue apareciendo en forma de familiares vengadores o vengadores anónimos y funcionarios que miran para otro lado.

No quiero que se sepa mi nombre. Yo no hice la denuncia porque no quiero que sepa nadie. En el diario de acá lo publicaron porque desde el hospital les filtraron la información. Yo no pensaba hacer nada para proteger a mi familia, porque tengo miedo de que alguien le pegue a mi mamá, que no se puede defender. Ella quedó ciega y está sola, porque mi papá falleció hace poco. También tengo miedo por mi pareja y por sus hijitas. A ella la amenazaron varias veces y también le pegaron, llegaron a pegarle un puntazo en la cara. Los que nos agreden son sus hermanos y otro grupo de pibes que están con ellos. Hace cuatro años que salimos y hace un tiempo que esto se puso peor. A mí me habían amenazado, pero ésta es la primera vez que me pegan. Estábamos en la puerta de la casa de ella, vinieron a decirme que yo no podía estar ahí. Uno me dio en la cara con un ladrillo. Me partió la boca. Me dieron siete puntos. Y me rompieron tres dientes. Una vecina llamó a la policía y enseguida vino a ayudarme cuando me vio a mí así. Salió a defenderme. Llegó la policía y los tipos se fueron, pero desde la esquina me seguían gritando cosas y amenazando, mientras la policía no hacía nada. Sólo me decían que esperara, que iba a venir una ambulancia porque la vecina la había pedido.

Nos agreden más que nada por discriminación. Siempre nos dijeron de todo. Nos gritan “gorda sucia, lesbiana asquerosa”. Ella antes hizo la denuncia. Pero esta vez nos da miedo hacerla porque la policía no hace nada y puede ser peor, me siguen amenazando con que donde vaya me van a venir a buscar. Con mi pareja nunca vivimos juntas. Yo en mi casa. Ella en la de ella. El problema es que ella vive en un terreno con dos casas. En la casa de atrás viven los hermanos, o sea que los tiene que ver sí o sí. Por eso ahora se fue. En mi casa nadie sabe que me pegaron. Ni mis hermanos, con los que mucha relación no tengo, por problemas familiares, ni mi madre, que no quiero que lo sepa. Yo soy grande, tengo casi 40 y nadie me pregunta. Ahora estoy entrando a mi casa con la boca tapada con el cuello de la polera y nadie dice nada.

Con mi novia no me estoy viendo por las dudas. Nomás nos mandamos mensajes de texto. No tiene papá ella, no hay nadie que les ponga frenos a estos tipos y en la policía no confía tampoco.

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