UNIVERSIDAD

Sueldos de miseria para la gran mayoría docente

Un informe recién elaborado por la Federación Nacional de Docentes Universitarios revela que, de los 104 mil docentes rentados en las universidades del país, el 86 por ciento cobra salarios bajo la línea de pobreza y el 75 por ciento, debajo de la línea de indigencia. Además, otros 20 mil docentes trabajan directamente ad honorem.

 Por Javier Lorca

“La mayoría de los docentes universitarios percibe salarios inferiores a la línea de pobreza y muchos se sitúan bajo la línea de indigencia.” La conclusión proviene de un informe de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), elaborado para fundamentar su reclamo de un urgente aumento salarial. De los 120 mil docentes que enseñan en las universidades nacionales, unos 20 mil directamente no cobran, es decir, trabajan ad honorem. Entre los cargos docentes rentados, más del 86 por ciento cobra salarios que se encuentran bajo la línea de pobreza. Y los que no llegan a la línea de indigencia son el 75 por ciento de los sueldos.
“La recomposición salarial de los docentes de las universidades nacionales” es el título del informe elaborado por la Conadu. El trabajo se concentra en los 104.786 cargos docentes rentados del sistema educativo superior. Los cargos se dividen en seis categorías salariales (profesores titulares, asociados y adjuntos, jefes de trabajos prácticos, ayudantes de primera y de segunda) y en tres tipos de dedicación: la dedicación exclusiva (implica 40 horas semanales de trabajo), la semiexclusiva o parcial (20 horas) y la simple (10 horas). El puesto más alto en la escala lo ocupa el docente que tiene categoría de profesor titular con una dedicación exclusiva: su sueldo es de 1277 pesos, si cuenta con diez años de antigüedad. En el otro extremo se ubica un ayudante de segunda con dedicación simple: su salario es de 85,59 pesos. La masa salarial de los docentes universitarios insume cerca de 756 de los 1991 millones anuales que cuenta el presupuesto universitario.
Según el informe del sindicato, en la actualidad, el 63,03 % de los docentes tiene dedicaciones simples y el 23,43 % tiene semiexclusivas. Sólo el 13,54 % alcanza los cargos con mayor dedicación. Promediando las diversas categorías y antigüedades, los docentes que tienen dedicaciones simples cobran un sueldo mensual de 115 pesos. Los que tienen semiexclusivas cobran en promedio 435 pesos. Y la minoría, con dedicaciones exclusivas, percibe un salario medio de mil pesos.
“La escala salarial vigente para los docentes universitarios permite demostrar rápidamente lo escaso de sus salarios. Utilizando los valores correspondientes a diciembre de 2002 fijados para la Canasta Básica Alimentaria (326,67 pesos) y la Canasta Básica Total (718,10 pesos), conocidas para fijar los índices de indigencia y de pobreza elaborados por el Indec, podemos ver que la mayoría de los docentes universitarios percibe salarios inferiores a la línea de pobreza y muchos se sitúan bajo la línea de indigencia. Ningún docente con dedicación semiexclusiva percibe salarios por encima de la línea de pobreza y ninguno con dedicación simple percibe salarios por encima de la línea de indigencia”, indica el trabajo de la Conadu. Cabe aclarar que la canasta alimentaria incluye sólo los alimentos (calorías y proteínas) necesarios para vivir un mes y la canasta total agrega algunos bienes y servicios esenciales. En el informe, se calculó el valor de las canastas para una familia integrada por un hombre de 35 años, una mujer de 31, una hija de 8 y un hijo de 5.
“A partir de estos datos –continúa el estudio– resalta claramente que más del 86 por ciento de los cargos de los docentes universitarios se encuentran bajo la línea de pobreza, siendo el 75 por ciento inferiores a la línea de indigencia.” Los sueldos de pobreza son los que van desde los profesores titulares con dedicaciones semiexclusivas (420,49 pesos) hacia abajo. La línea de indigencia va desde los salarios de jefes de trabajos prácticos con semiexclusivas (317,71 pesos) hasta todas las categorías con dedicaciones simples.
Si bien los sueldos son paupérrimos, también es cierto que muchos docentes con bajas dedicaciones acumulan más de un cargo en las universidades o bien son empujados a completar sus ingresos con otrosempleos. “Es evidente que nadie vive sólo con una dedicación simple –explicó a Página/12 Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de Conadu y encargado del informe–. Como aspiramos a que cualquier persona trabaje ocho horas por día, también calculamos cuánto cobraríamos los docentes si todos acumuláramos cargos y trabajáramos 40 horas a la semana. Aun así, la gran mayoría seguiría cobrando por debajo de la línea de pobreza.” Para hacer el cálculo, simplemente se multiplicó por 40 lo que hoy cobra por hora de trabajo cada docente. Resultó que, aunque ya nadie estaría por debajo de la línea de indigencia, el 80,92 por ciento todavía cobraría salarios de pobreza.
Como las líneas de pobreza y de indigencia se definen por el ingreso total por hogar, el informe de la Conadu no puede más que determinar que los sueldos docentes están por debajo de esas líneas. En los casos en que esos sueldos son el único sustento familiar, también esas familias son pobres o indigentes.

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