La Comisión del Estatuto del Jugador de la FIFA postergó un día la decisión sobre Lionel Messi y los Juegos Olímpicos, mientras el jugador anunció que hará hoy una declaración pública, presumiblemente a favor de viajar a China, luego de que Sergio Batista, el entrenador del equipo argentino, señalara en Japón que sólo esperará al jugador del Barcelona hasta el viernes. En un nuevo giro de una historia que se estiró demasiado, la decisión de la FIFA fue aplazada bajo el argumento de que la reunión terminó muy tarde en Zurich y que debía disponerse de más horas para redactar “una decisión razonada” de varias páginas. El futbolista prometió una declaración pública para hoy, cuando el Barcelona espera llevárselo a Italia para jugar un amistoso con la Fiorentina.

“El anuncio de que el jugador se incorporará al equipo lo tengo que tener hoy –dijo Batista antes de que la FIFA anunciara la postergación–. No hay más plazos. El viernes tengo que tener a Messi o a Marco Rubén en el plantel. Por respeto a los jugadores y a los clubes que los han cedido no vamos a esperar más a Messi.”

El entrenador no sólo tiene en las gateras al reemplazante de Messi en el plantel, sino también a su variante dentro del equipo: no sería Angel Di María (que ayer convirtió el gol del triunfo), sino Diego Buonanotte: “Si jugamos con doble enganche, como queremos, Diego tiene una ventaja”, señaló el técnico.

Una apelación del Barcelona ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) si el fallo de la comisión resulta en contra de sus planes aplazaría por lo menos otra semana la decisión final. El club catalán aspira a ceder al jugador no antes del 13 de agosto, pero la AFA –a través de Batista– le impuso un tope que niega la posibilidad de negociación.

El caso Messi es testigo de la puja entre la FIFA y los poderosos clubes europeos agrupados en lo que antes se conocía como G-14, que intentan controlar la utilización por partes de las asociaciones nacionales de los futbolistas por los que hacen elevadas inversiones.