ECONOMíA › LAS QUEJAS RURALISTAS NO SE CORRESPONDEN CON LA SITUACIóN DEL AGRO

La siguen cosechando con pala

La evolución que registraron en los últimos años los precios de la tierra y dos productos clave como la carne y la soja desmienten el relato empresario sobre una supuesta crisis del sector agropecuario.

La Mesa de Enlace ha vuelto a amenazar con medidas de fuerza. Afirma que el campo atraviesa un momento difícil debido a la política agropecuaria oficial. Sin embargo, una vez más el precio de la tierra, un indicador clave para dar cuenta de la rentabilidad del sector, y la evolución de los precios de dos productos clave como la carne y la soja desmienten los argumentos empresarios.

Tierra. Según cifras de la Compañía Argentina de Tierras, la inmobiliaria más grande del país dedicada al sector agropecuario, el valor de los campos sigue reflejando un negocio muy rentable, aunque su cotización haya bajado con respecto al precio record registrado a mediados del año pasado.

n En la zona tradicionalmente maicera de Pergamino, Rojas y Salto, la hectárea se vende actualmente a 16.500 dólares en promedio, un 5,7 por ciento menos que el pico registrado hace seis meses, pero un 132,7 por ciento más que el promedio de los últimos diez años (7089 dólares) y un 560 por ciento más que el piso registrado en junio de 2002 (2500 dólares).

n En los campos trigueros de Tres Arroyos, San Cayetano y Necochea la hectárea cotiza a 6500 dólares, un 13,4 por ciento menos que hace seis meses, pero un 128 por ciento más que el promedio de los últimos diez años (2848 dólares) y un 712,5 por ciento más que en junio de 2002 (800 dólares).

n En los campos mixtos de Bragado, 9 de Julio, Viamonte y Lincoln, la hectárea trepó a 11.000 dólares, 86,4 por ciento más que el promedio de la última década (5900 dólares) y 633 por ciento más que en junio de 2002 (1500 dólares)

n El valor de la tierra en Tapalqué, Rauch, Maipú y Dolores, localidades tradicionalmente dedicadas a la cría de ganado, llega a 3000 dólares por hectárea, un 11,8 por ciento menos que en junio, pero un 183,3 por ciento más que el promedio de los últimos diez años (1059 dólares) y 900 por ciento más que en junio de 2002, cuando la hectárea se conseguía a 300 dólares.

n En la zona de invernada de Trenque Lauquen, Villegas y Rivadavia, la hectárea cuesta 9000 dólares, un 10 por ciento menos que en junio de 2012, pero un 170 por ciento más que el promedio de la última década (3334 dólares) y 800 por ciento más que en junio de 2002 (1000 dólares).

Carne. Las cuatro categorías que concentran el 75 por ciento de la faena en el Mercado de Liniers (novillos, novillitos, vaquillonas y terneros) aumentaron entre 5,9 y 10,8 por ciento durante los últimos doce meses, bastante por debajo de la inflación, que según los institutos de estadística provincial cerró entre 17 y 23 por ciento. No obstante, ese estancamiento relativo en la cotización del ganado en pie se produjo después de una fuerte suba. Por lo tanto, aun considerando lo ocurrido durante el último año, si se toma en consideración la evolución desde febrero de 2009 se puede ver que en cuatro años el kilo vivo de novillo trepó de 3,04 a 9,72 pesos (219,5 por ciento), el de novillito de 3,24 a 10,62 pesos (227,7), el de vaquillona de 3,16 a 10,17 pesos (221,9) y el de ternero de 3,37 a 10,99 pesos (226,2 por ciento), todos muy por encima de la inflación acumulada en el período. Algo similar se observa al analizar el porcentaje de hembras faenadas sobre el total, un dato clave para dar cuenta de la evolución del rodeo bovino. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados, en el último año el porcentaje de hembras faenadas trepó del 38,3 al 40,8 por ciento debido a la caída en la rentabilidad, pero esa tasa aún está muy por debajo de la registrada en el período 2007/2009, cuando promedió entre 47 y 49 por ciento. Además, el propio organismo reconoce que, si ese porcentaje se mantiene por debajo del 43 por ciento, las existencias de ganado no corren riesgo.

Soja. Cuando Cristina Fernández de Kirchner asumió su segundo mandato, el 10 de diciembre de 2011, la tonelada de soja cotizaba a 408 dólares en Chicago. Luego de haber alcanzado un pico de 533 dólares a fines de agosto de ese año, el precio de la oleaginosa empezó a retroceder y fueron varios los analistas que pronosticaron un futuro sombrío para el país. Los ruralistas decían que la baja del precio, combinada con una sequía que entonces preveían como apocalíptica, dejaría al campo en una situación crítica. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Las lluvias trajeron alivio a los productores y la cotización de la soja se recuperó. En la actualidad, cotiza a 520 dólares en el mercado estadounidense.

La bonanza relativa que evidencian el precio de la tierra, la carne y la soja también quedó expresada en la inversión que realizó el sector. Según un informe de la Mesa de Enlace presentado en diciembre, el sector destinó 236 millones de pesos a gastos e inversión en el ejercicio 2011-2012, una cifra más acorde con las ganancias que obtuvieron que con la crisis que denuncian.

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Los presidentes de las entidades rurales buscan ampliar aún más sus ganancias.
Imagen: Corbis
 
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