El abogado penalista Rubén Carrazzone fue detenido este mediodía por el femicidio de su mujer, Stella Maris Sequeira, en momentos en que se encontraba en la puerta de los tribunales federales de Lomas de Zamora a la espera de que la Justicia resolviera un pedido de exención de prisión solicitado por su defensa.

La fiscalía había pedido su detención por considerarlo culpable del femicidio de su esposa, de 60 años, que fue vista por última vez el 29 de diciembre de 2016 en la quinta que ambos compartían en Ezeiza. Tres días después de la desaparición, Carrazone aseguró que se trató de un secuestro extorsivo, lo que fue considerado como una coartada tanto por la querella como por el fiscal que lo acusó de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber sido cometido mediando violencia de género”.

Para el fiscal Leonel Gómez Barbella, Carrazone utilizó sus conocimientos como abogado penalista para orquestar un plan y desviar la investigación. Pero las pruebas presentadas dirían lo contrario. Cuando Carrazzone denunció la desaparición de su esposa, tres días más tarde de la última vez que fue vista, sostuvo que había recibido llamados extorsivos y que los captores le habían exigido el pago de 80.000 dólares. “Viejo hijo de puta, te estuvimos llamando, tenemos a tu mujer, andá buscando plata”, dijo el abogado que le dijeron.

Por ese llamado se detuvo a Miguel Franco, de 61 años, un cliente del abogado, que sostuvo que los llamados los había realizado a pedido de Carrazzone, tras lo cual el juez Santamarina ordenó que se investigue el caso como homicidio. Meses después, el único detenido en la causa, Franco, quedó sobreseído por el delito de secuestro extorsivo y el foco pasó a Carrazzone.

Tanto para Gómez Barbella como para la querella, la falta del cadáver no impide acusar al abogado por el femicidio. La abogada de Solange Ponzo, la hija de Sequeira, explicó también que los testigos “vieron días antes a Stella Maris demacrada y con golpes, sin pintar, cuando era una mujer muy coqueta que no salía a la calle sin arreglarse. Con marcas en los brazos”. La letrada dijo además que hay otra testigo que certifica que Carrazzone le pegaba.