Hace unos diez años, cuando todavía acumulaba cds, disfrutaba comprar discos semanalmente en una disquería bien conocida en zona sur, Don Disco en Galería Laprida, Lomas de Zamora, a unas estaciones de tren de Burzaco, barrio donde viví la mayor parte de mi vida. Allí fui consiguiendo algunas gemas que perseguía y muchas otras veces, aventurándome con discos de artistas y estilos totalmente desconocidos, recomendados por el mismo Don Disco. Desde Amadou et Mariam y Salif Keita de Mali, a Kepa Junkera del País Vasco, pasando por muchas otras rarezas exóticas que se asomaban en las bateas.

Tiempo atrás, gracias a mi tío Hernán, gran colector de gemas musicales, había descubierto Carnavailito de Gaby Kerpel, donde encontré (como muchos), esa primera fusión entre lo electrónico digital y algún aire folklórico. Era algo tan nuevo en mi universo musical, que lo mantuve en mi playlist mental durante años. Me maravillé con ese diálogo, entre mucha música folklórica que venía escuchando y algo más.

En fin... una tarde me aventuré nuevamente a la compra de lo desconocido. 

¿Quién no se ha dejado llevar por una buena carátula de un disco? Así llegue a Civilizaçao e Barbarie, segundo álbum del fallecido percusionista argentino Ramiro Musotto editado por Los Años Luz Discos. Comenzando por lo atractivo de la carátula, una pintura abstracta colorida, y lo hipnótico, profundo que sonaba desde el primer minuto, con un aire bahiano, pero con ese “algo más” de fondo. El amor por este disco fue inmediato. No solamente reforzaba esa fusión folklórico-electrónica, sino que también era bailable. 

Entonces ahí fue cuando llegue al track 3, “Gwyra Mi”. Una ensalada hecha de samba, la voz del Subcomandante Insurgente Marcos, y un sample de un coro de niños, por demás bello. 

Me sedujo completamente el aire de esta canción y lo bien que acompañaba la declaración zapatista sobre este ritmo bahiano. Y entonces, entre medio de eso llegan las voces de un coro de niños indígenas, que hasta el momento no distinguía.

Creo por demás interesante cuando una obra artística conduce o hace referencia a otra obra/hecho artístico. Así fue como fui tras la pista de este sample de niños y llegué al disco Ñande Reko Arandu Memoria Viva Guaraní, un registro etno-musical increíble que rescata la cultura del pueblo guaraní por medio de quince cantos que evocan el espíritu ancestral en cada uno de nosotros. Este registro, bello por donde se lo mire, es un trance que hasta el día de hoy me sigue cautivando. Recomiendo mucho buscar ese disco.  

A través de ahí empecé a prestar especial atención a este tipo de registro y a tener un especial cariño por Civilizaçao e Barbarie de Musotto. Entendí lo especial de esa obra que entreteje fusión musical entre el “pasado” y presente, y lo nutritivo que es resignificar lo proveniente de la raíz desde un hecho artístico-político. 

Años después comencé a producir Barrio Lindo muy inspirado por estas paletas sonoras, compuestas por elementos completamente orgánicos y deformidades digitales. Me resulta interesante explorar intensidades durante mis shows, y que sean un poco ajenas al contexto donde suceden. El encuentro de un elemento orgánico en un contexto tan sintético, como es la música electrónica, predispone de otra forma el oído. Vuelve figurativo a lo abstracto y muchas veces logra transportar al público a sentirse en otro lugar, a moverse de otra forma y a sumarse en un baile colectivo. 

 Sigo aún escuchando Ramiro Musotto y Ñande Reko Arandú. 

Hasta el día de hoy sigue inspirando y cautivando. Hasta el día de hoy sigo confiando en las recomendaciones de mi tío Hernán. En cierto momento dejé de comprar cds, y abandoné esa tradición de tomarme el tren a Lomas en busca de alguna música desconocida. Hace quizás 10 años que no visito “Don Disco”, y a decir verdad nunca me atreví a llevar mis discos allí. 

En este momento me encuentro próximo a realizar, por primera vez, una gira de diez shows en Japón. Además, el sello discográfico japonés Calentito reeditó allí mi último álbum Albura, precisamente, en formato CD. 

Quizás es hora de llevar unos cds a Lomas y volver a llevarme algún que otro disco desconocido, para mantener la tradición.


Agustín Rivaldo es luthier, músico y productor nacido en Buenos Aires en 1987. Desde hace más de 13 años trabaja investigando y construyendo instrumentos tradicionales de cuerda. Desde 2011 produce música bajo el alias de Barrio Lindo. Ha lanzado dos álbumes y varios EP por diversos sellos internacionales como Project Mooncircle, ZZK Records, y Shika Shika Collective, proyecto del cual es cofundador. Su música, inspirada por los colores del folklore sudamericano, vibra en sintonía con la electrónica downtempo y paisajista. Se ha presentado en festivales y eventos en más de 25 países entre Sudamérica, Norteamérica y Europa. Sus álbumes producidos en vinilo se distribuyen a lo ancho del mundo y es uno de los nombres mas sobresalientes dentro de la electrónica sudamericana actual.