“El objetivo es claro: debemos dialogar para construir una oposición. Y construir una oposición para ganar. Para decirlo de otro modo, se trata de evitar que se alcance el objetivo político del Gobierno, que es mantener dividida a la oposición y limitar su capacidad de coordinación”, exclama en uno de sus párrafos el primer documento del recientemente creado Grupo Fragata, un colectivo de intelectuales, militantes, docentes e investigadores que comparten “la voluntad y la decisión de intervenir en la esfera pública de manera propositiva”, según explicó a PáginaI12 el comunicólogo y editor del blog Artepolítica Abelardo “Mendieta” Vitale, que figura entre los firmantes del texto junto a Marcelo Leiras, María Esperanza Casullo, Sebastián Etchemendy, Nicolás Tereschuk, Ana Castellani, Germán Lodola, Paula Canelo, Sol Prieto, Natalia Aruguete y Sergio De Piero, entre otros.

El Grupo Fragata –cuyo nombre nació en alusión a la calle en la que está ubicado el edificio donde se realizó el primer encuentro: Fragata Sarmiento–, surgió en torno a una idea “bastante sencilla y clara: no estamos de acuerdo con el rumbo del Gobierno Nacional y los que participamos de este grupo plural y amplio nos sentimos parte del campo popular y democrático”, consideró Vitale. Además, resaltó que la actividad del colectivo se inserta “en una política que está muy faccionalizada, en la que se perdió mucho la cultura del intercambio y el diálogo entre gente que piensa parecido pero no igual, o que piensa diferente”. “Somos apasionados de la política y nos interesa defenderla, reivindicarla y mejorarla. No estamos armando algo para jugar con tal o cual candidato”, sentenció.

A fines del año pasado, la idea de conformar un grupo de discusión y debate político comenzó a delinearse y materializarse. Finalmente, en febrero de este año, se concretó el primer encuentro, del que participaron una treintena de profesionales de diversos ámbitos, algunos militantes orgánicos de espacios políticos diversos, otros no. Su postura quedó plasmada en el documento publicado el mes pasado bajo el título “Estar a la altura”: “Son millones quienes hoy sufren las políticas del gobierno y millones también los que demandan una oposición eficaz. Ni siquiera hablamos aquí de ‘unidad’. Simplemente subrayamos la necesidad de una oposición que sea capaz de dialogar, coordinar y vencer electoralmente a un oficialismo que construye un proyecto de país para pocos”. Desde entonces, establecieron una dinámica de reuniones cada 20 o 30 días, que constituyen espacios de formación política, de análisis de temas y problemáticas puntuales y de intercambio de conocimientos. De ellas, a veces, participan dirigentes de la oposición que se suman al debate colectivo. 

El primer escrito del grupo delinea una aguda crítica a las políticas de Cambiemos: “La imprudente desregulación económica y financiera, la entrega de porciones del Estado a la clase empresarial, el progresivo vaciamiento del sistema previsional y el deterioro del mercado de trabajo -con aumento de la informalidad laboral, caída de empleos industriales y desplome de trabajos de calidad- son los frutos que tarde o temprano esperábamos”, señala, y continúa: “La crisis financiera de estos días y el ‘salvataje’ del FMI no solo tienen el amargo sabor de una historia repetida, sino que además agudizan los problemas de quienes menos tienen, empeorando las consideraciones populares sobre la marcha y el destino del país”. 

En torno a la propuesta de Fragata vinculada con la organización interna de los partidos -y, particularmente, de la oposición-, la socióloga Sol Prieto consideró que se trata de una apuesta política basada “en la convicción de que si los sectores subalternos y los ciudadanos de a pie no somos capaces de pedirle a dirigencia este marco de acción colectiva va a ser difícil que surja desde la propia dirigencia”. En esta línea, Vitale señaló que el documento “no sólo hace un llamado a la dirigencia, sino que también expresa el compromiso que asumimos de poner nuestro grano de arena y aportar en ese proceso”. 

Sin embargo, aunque en principio podría pensarse que se trata de una “grupo de intelectuales” -como Carta Abierta o Plataforma, por citar algunos ejemplos actuales- los miembros de Fragata prefieren despegarse de ese rótulo. “Muchas veces pensamos en si tenemos alguna experiencia que nos inspire o sirva de modelo, pero la verdad es que da un poco de pudor compararnos. Nuestro modelo tiene que ver con juntarse y debatir y que eso se traslade a la esfera pública”, aseguró Vitale. Al respecto, Prieto resaltó que Fragata “no es un think tank, pero hay cierta preocupación por lo programático: hacemos diagnósticos, buscamos soluciones, pensamos en modelos de desarrollo”. 

Por otro lado, Leiras, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, resaltó que la acción de Fragata le resulta particularmente interesante porque allí puede “buscar lecturas nuevas, generar símbolos e interpretaciones y escuchar mujeres y hombres que ayudan a pensar de un modo novedoso”. Para el politólogo, que forma parte del colectivo desde los primeros encuentros, se trata –y aclaró que es una opinión personal– de resolver el viejo problema de la representación de las palabras y de subsanar “el déficit de imágenes que nos permitan entender e interpretar los problemas económicos y sociales serios que hace tiempo tenemos como país”. El objetivo central, dijo, “es estar en contacto con esa vitalidad de organización social que tiene la Argentina”. Sobre eso, Prieto explicó que gran parte de la riqueza del grupo radica, no sólo en la diversidad y en la pluralidad de voces y trayectorias, sino en la concepción común de que “las ciencias sociales no deben tener un rol burocrático o de reproducción del sentido común y de lo que ya existe, sino que deben estar al servicio de la transformación social”. “Es una invitación a que todos los espacios se conviertan en una masa crítica”, subrayó. (El documento completo puede leerse en https://bit.ly/2IMmf7C).

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.