A las siete y media de la mañana, un grupo de diputadas que respaldan el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo volvieron a justarse para hacer una advertencia al Gobierno a horas de la votación que definirá la suerte de la iniciativa. Reclamaron “mayor voluntad política” de parte del Ejecutivo en el respaldo a su decisión inicial de habilitar un debate que atraviesa a todos las bancadas y que ayer movilizó en las calles “un millón de mujeres”, al tiempo que pidieron “paz” y “calma” a quienes se movilizaron y mantuvieron la vigilia durante toda la noche a la espera que la Cámara baja de media sanción a la despenalización del aborto. Por esas horas, el conteo daba ventaja de dos votos a los legisladores que se pronunciaron por el rechazo en una votación pareja durante todo el debate de la extensa jornada.

   Frente a las cámaras de TV y grabadores, se plantaron las diputadas Victoria Donda (Libres del Sur), Karina Banfi y Brenda Austín (UCR- Cambiemos), Mayra Mendoza y Mónica Macha (FpV-PJ), Cecilia Moreau (FR), Romina Del Plá y Nathalia González Seligra (FIT) y Lucila De Ponti (ME). Todas ellas sumaron motivos para reclamar. “Pedimos al Gobierno que asuma una mayor voluntad política”, insistió Mendoza ante el proyecto que también cruza a toda la sociedad, como en sus oportunidades “lo hicieron Raúl Alfonsín con la ley de divorcio y Cristina Kirchner con el matrimonio igualitario”. A esa hora, el PRO --el partido del presidente Mauricio Macri— era la fuerza parlamentaria que más votos aportaba para el rechazo.   

   Donda destacó que “un millón de mujeres” se movilizaron ayer en todo el país y pidió “calma” y “paz” a quienes mantenían la vigilia en las puertas del Congreso. Al tiempo que todas afirmaban el “compromiso” por dar la pelea hasta el final. Del Plá, explicaba que desde el oficialismo habían escuchado su reclamo pero que “no habían avanzado para resolverlo” en toda la jornada.

   Moreau recordó las presiones que “soportamos” a lo largo de toda la jornada. Una lista que incluyó “presiones de los gobernadores” para torcer el voto de los diputados de sus provincias que acompañan el proyecto para despenalizar el aborto; médicos del cuasi confesional “Hospital Austral”, que abordaba a los diputados pro aborto para proponerle una “opinión profesional” en contra. “A los médicos los trajo (el macrista) Nicolás Massot, que estuvo ofreciendo viajes y contratos a diputados para cambiar su postura”, dijo Moreau, que despegó de la “maniobra” al presidente de la Cámara, Emilio Monzó. Una versión que circuló durante toda la jornada y que Massot había intentado desmentir.