Juan Martín Del Potro completó la faena que el lunes había quedado interrumpida por falta de luz y avanzó a los cuartos de final de Wimbledon venciendo a Gilles Simon por 7-6 (7-1), 7-6 (7-5), 5-7 y 7-6 (7-5), en cuatro horas y veinticuatro minutos de juego. Así el tandilense afrontará hoy (cerca del mediodía) una jornada con múltiples desafíos: derribar al número uno del mundo, Rafael Nadal, igualar su mejor resultado en el All England Lawn Tennis and Croquet Club y ascender al tercer lugar del ranking, la posición más alta de su carrera.  

“Todo el mundo lo admira como competidor”, manifestó la Torre sobre su  rival de hoy en Londres. “Es un luchador. Siempre trata de estar positivo y pensar en la siguiente bola. No importa si falla o no. Es muy duro ver a un tipo al otro lado de la red que es positivo todo el partido. Es un jugador increíble. Es el número uno. Ha batido records en cada Grand Slam. Estoy orgulloso de estar en la misma época que él y Roger (Federer)”, afirmó Del Potro.

El tandilense sabe bien de lo que habla. Su último encuentro antes de emprender su aventura en esta edición de Wimbledon fue precisamente ante el español. También en unas semifinales de Grand Slam. En concreto, en Roland Garros, con victoria contundente para el once veces campeón en París por 6-4, 6-1 y 6-2. Lo mismo ocurrió en el Abierto de Estados Unidos en 2017, donde el mallorquín dio la vuelta al primer set para imponerse por 4-6, 6-0, 6-3 y 6-2. Para encontrar el último partido ganado por Del Potro en esta rivalidad que domina Nadal (10-5) hay que remontarse hasta los Juegos Olímpicos de Río 2016. Si el cara a cara se acota al césped, la sintonía se mantiene: siempre ganó el español. Tanto en Queen’s 2007 como en la cuarta ronda de Wimbledon en 2011.

De ganarle a Nadal, el tandilense escalaría a la tercera posición del ranking el próximo lunes, la posición más alta de su carrera. Sólo superado por Nadal y Federer. En estos momentos, Del Potro está clasificado como número cuatro del mundo, una posición que pisó por primera vez el 11 de enero de 2010 y que aún hoy se mantiene como su techo. A sus 29 años, Del Potro ha vuelto a ser un jugador tan peligroso como antaño. Incluso ha evolucionado en algunos de sus golpes, después de sus lesiones de muñeca. Para evitar hacerse más daño en esa zona cuando regresaba a la competición, desarrolló con el revés uno de los tiros que más peligrosos sobre césped: el slice.  

Del Potro es el único jugador, entre los ocho que buscarán un hueco en semifinales, que no tendrá un día de descanso, ya que ayer debió terminar el duelo maratoniano con Simon. “Me hubiera gustado tener un día libre y relajarme un poco”, indicó. “Una oportunidad tan bonita de jugar contra Rafa hace dejar otras cosas de lado. Por más que esté descansado, muchas veces no vale”.