La conducción de la AMIA repitió ayer todas las fórmulas que ubican a la mutual judía como vocera del gobierno de Cambiemos y, sobre todo, la sigue poniendo como punta de lanza del alineamiento internacional con Estados Unidos e Israel. 

En la filtración de WikiLeaks aparecieron numerosos cables relatando encuentros entre funcionarios políticos de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y Alberto Nisman. Los norteamericanos le insistían al fiscal en que no siguiera con la idea de ir contra Carlos Menem, el juez Galeano, los fiscales, el aparato de la SIDE o Rubén Beraja. Si se comprobaba que ellos desviaron la investigación del atentado, eso debilitaría la acusación contra Irán. “Concéntrese en acusar a Irán”, le remarcaban los diplomáticos de Washington.

Ayer, la AMIA jugó ese papel. Pidió, rogó, a los jueces del Tribunal Oral 2 que absuelvan a Menem y compañía, aunque el presidente de la AMIA, Agustín Zbar, se cuidó de nombrar a Beraja. El argumento es que “no hay pruebas”, cuando las evidencias fueron categóricas sobre el pago, a escondidas, de 400.000 dólares a Telleldín para que acusara a policías bonaerenses. De la misma manera quedó claro en el juicio que se frenaron allanamientos tras una visita a la Casa Rosada. 

En ese alineamiento nacional e internacional, Zbar arremetió contra los fiscales que sucedieron a Nisman. Dijo Zbar que en tres años los nuevos fiscales no hicieron nada. La realidad es que los avances fueron asombrosos. Se usó, por primera vez, el microscopio de barrido electrónico para asegurar que los restos metálicos encontrados en los cuerpos de las víctimas se correspondían con trocitos de la camioneta Trafic. Se usó algo que debió usarse hace muchos años: la genética. Por ese camino identificaron a la víctima número 85, Augusto Jesús, y determinaron que hay restos humanos de un extraño, tal vez un suicida, pero que no se corresponde con el mencionado por Nisman, Ibrahim Berro. Y ese es el problema del alineamiento nacional e internacional. Una investigación seria les hace caer cosas que consideran probadas y que les sirven en la geopolítica para el objetivo excluyente: culpar a Irán. 

La AMIA escondió ayer el acuerdo que firmaron Rusia, China, Alemania, el Reino Unido, Francia e Irán para establecer una limitación nuclear. Ese texto también fue rubricado por Estados Unidos, que de la mano guerrera de Trump se retiró hace un mes. Los países más desarrollados buscaron y aún buscan un camino de acuerdo y de paz con Teherán como lo intentaron Cristina Kirchner y Héctor Timerman para sentar a declarar a los sospechosos del atentado. Para muchos el Memorándum con Irán fue bueno, para muchos otros malo, están los que consideran que era inconstitucional. Pero la AMIA y la DAIA auspiciaron una acusación política por traición a la patria. De eso será difícil volver, aunque ayer Zbar retrocedió sosteniendo que las instituciones judías no deberían ser querellantes, acusadoras.

También el presidente de la AMIA se cuidó ayer de mencionar la muerte de Nisman como un asesinato. Los dirigentes comunitarios y el propio gobierno ya saben que las evidencias son demoledoras y que el fiscal se disparó a sí mismo, tal como lo reflejan hoy incluso buena parte de los periodistas cercanos a Cambiemos. Zbar entonces se refirió a la “confusión” por la muerte del fiscal. 

Recuerdo un diálogo reiterado que yo mantenía con Alberto Nisman. El me decía: “no importa lo que yo diga, mañana vos vas a escribir que no se sabe de dónde salieron los explosivos del atentado, quién armó la Trafic, quién la manejó, quién entró y salió del país para el ataque. Eso es todo lo que me repetís”, terminaba enojado. 

La Argentina no sabe nada sobre el atentado en concreto y lo único que se armó fue una supuesta conexión internacional. Eso sigue siendo así a 24 años. La alianza internacional de la AMIA-DAIA y Cambiemos se conforma con la sospecha contra Irán. Se quedan con los informes de inteligencia de Estados Unidos e Israel que son la única “prueba” incorporada al expediente y que, como suele decir el propio juez de la causa, “no tienen entidad probatoria”.