El partido del presidente Michel Temer lanzó ayer al ex banquero Henrique Meirelles, el favorito de los mercados, como candidato para las elecciones presidenciales de octubre. Meirelles ocupó puestos clave del área económica con gobiernos tanto de izquierda como de derecha en el país. Ahora, promete estabilidad, sensatez y más recortes si en octubre resulta electo presidente. Quizás sea por dicho programa que las intenciones de voto que le atribuyen las encuestas no superen el 1%. Meirelles, quien fue el presidente mundial del BankBoston de 1996 a 1999, estuvo al frente del Banco Central de Brasil bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010). Y como ministro de Hacienda de Michel Temer aplicó a partir de 2016 un programa de recortes drásticos de gastos. En abril renunció al cargo y adhirió al partido de Temer, el derechista Movimiento Democrático Brasileño (MSB) para lanzarse al ruedo electoral. Pero su mensaje hasta ahora no ha calado, en un país donde la recuperación económica es lenta y el reflujo del desempleo más lento aún, con 13 millones de personas en busca de trabajo. Meirelles, candidato oficialista de un gobierno impopular, cuenta entre sus rivales al exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del PSDB, con 6% de intenciones de voto, que disputa su mismo espacio político. “Meirelles tiene apoyo (de los mercados), pero no es un gestor público. Alckmin ya tiene un historial y tiene más posibilidades”, resumió Alex Agostini, economista jefe de la consultora Austin Rating. El candidato del MDB tampoco goza de un respaldo unánime en el seno del partido. “Nunca me encontré con Meirelles en los pasillos del partido, no sé donde estaba en los momentos más dramáticos de nuestra democracia, entonces no podemos aceptar esta importación, no somos un centro de inseminación in vitro”, dijo el senador Renan Calheiros, uno de los caciques históricos de esa fuerza. Para tratar de vencer las resistencias, Meirelles corteja a iglesias evangélicas y trata de rascar alguna porción de los electores de Lula. Por eso, en un intento por pegarse al ex mandatario, en julio colgó en las redes sociales un video de 2009 en el que Lula lo elogiaba por su trabajo en el Banco Central.