En su último informe, la Asociación Argentina de Editores Audiovisuales (EDA) recordó que “entre 2012 y 2015 la cantidad de largometrajes nacionales estrenados fue ascendiendo y el público acompañó ese crecimiento. Sin embargo, los millones de espectadores se concentraron en muy pocas películas de características industriales y producidas por grandes empresas del sector. Un nuevo Plan de Fomento presentado a fines de 2016 proyectó una profundización de este modelo de concentración y de incentivos a las grandes producciones en detrimento del cine mediano, de autor o independiente, al cambiar los requisitos, plazos y términos para financiar la producción de sus películas (...) La producción independiente es la base del cine nacional ya que representa una importante porción en el total de películas que se hacen por año en nuestro país, y es la que nos representa en los festivales de todo el mundo. La calidad de nuestro cine, de nuestros técnicos y artistas es muy grande. Pero si la actividad decae, esta profesionalización también se irá deteriorando”, advirtió EDA.