Para su primer número, Mi gesto pank –dirigida por Micaela Szyniak e ilustrada por Aldana Antoni– convocó a 14 poetas para participar con un ensayo que versara alrededor del tema del éxito. Una noción –o una ilusión–, inherente a las preocupaciones de los feminismos que han visto por siglos pasar de largo el halo dorado de la consagración y la trascendencia.  No hay dudas de que este es el momento de deconstruir la fijeza de lo que significa tener éxito o no, y por eso, por fuera de los estándares del patriarcado, las autoras que le dan empuje a este proyecto (que además por escribir y publicar poesía, representan el lado b del boom editorial) se han dedicado a abordarlo desde diferentes perspectivas. Malen Denis, por ejemplo –quien dio un mini recital el día de la presentación de la revista– desafió con su ensayo la idea rotunda del éxito en materia musical. Dice en el final de “La estrella en mi mente” (que me disculpo por spoilear): “En mi primera casa, por las tardes, después del primer trabajo que me sostuvo, el sol caía naranja y rosa sobre el living todas las veces. Entonces agarraba la guitarra y seguía siendo la estrella en el futuro de mi mente. Todavía sigo siendo ella. Lleno estadios imaginarios. Todo brilla para mí. Me doy premios a mí misma y los acepto y los agradezco”. Otra de las escritoras, Vera Buendía, contribuye de esta manera a la relativización de lo exitoso en su nota “Crónicas privadas”, donde arranca diciendo: “Es el precipicio antes del éxito, me dijo la psicóloga el otro día en sesión. Yo le retruqué: ¿De qué éxito me estás hablando si yo estudio gestión cultural? Se rió y reafirmó: Sí, es el éxito”. Esta revista es un gesto necesario, pank con a, de la renegación del lenguaje de todos los imperios. Su línea editorial es la de un caleidoscopio, un collage donde cada voz pone en cuestión la regla general que mide los logros con una sola vara. El éxito, esa palabra que en más de una de estas notas se indica asociada con el vocablo sajón, exit, puede representar la posibilidad de salir al mundo, de asomar cabeza y avizorar el horizonte de la realización profesional, artística, e incluso afectiva. Según Malena Saito en “Piedra libre para todas mis compas”, hay, en principio, una tranquilidad que trae consigo: si el éxito llega a nuestras vidas, dice, parece indiciar que los esfuerzos que hemos hecho no han sido en vano.  Toda la producción de notas de esta revista es acompañada por el gesto de publicar versos de estas mismas autoras que son, además de las anteriormente citadas: Sol Rodríguez Seoane, Meliza Ortiz, Fiorella Terrazas, Clara Inés, Gabi Luzzi, Flor Codagnone, So Sonia, Gabriela Larralde, Male Low (y quien firma esta nota). La revista termina, además, con un poema conjunto escrito por Inés Acevedo, Gabriela Bejerman, Julieta Correa, Ana Inés López, María Lucesole, Elisa Palacio y Cecilia Pavón. Algunas de las ilustraciones de Aldana reproducen fotografías de chicas cis y trans (una de estas versiones es, por ejemplo, de un famoso retrato de Cris Miró), son dibujos en blanco y negro, sencillos y súper expresivos que parecen haber sido hechos de un solo trazo. “Mi gesto pank” viene trabajando desde hace casi un año en esta publicación que fue excusa de recitales de poesía inolvidables de carácter exclusivamente feministas que rebalsaron de público (así como sucedió el día de la presentación). Vendiendo comida vegana, fancines en el pasado ENM y a través del sistema de preventa esta revista salió a la luz recientemente y promete, con su buena estrella, tardar mucho en apagarse.