Desde Nueva York

Piernas frescas, cabeza descansada y el hambre competitivo de siempre: con esa fórmula, Rafael Nadal aspira a retener el título del Abierto de Estados Unidos. Gracias a la tranquilidad de tener el número uno del ranking asegurado y con su plaza para el Masters de fin de año garantizada, el tenista español parece apuntar a una estrategia que le permita extender en el tiempo su permanencia en el máximo nivel: focalizarse en los grandes torneos.

Como hizo Roger Federer hace un tiempo, Nadal empieza a estudiar cada vez más su calendario para dosificar esfuerzos. Tras la extenuante y exitosa temporada de arcilla, recién volvió a aparecer en el circuito en Wimbledon. Después de la hierba, no jugó en la gira norteamericana de cemento hasta ganar Toronto. Y con esos 1000 puntos en el bolso, se ausentó de Cincinnati la semana siguiente, para tomarse una pausa y llegar fresco a Nueva York.

“No fue descanso, fue preparación. Estaba descansando de competir, pero no descansando de trabajar”, explicó el número uno del mundo durante el media day del viernes.

Con esa nueva filosofía, el defensor del título destacó que esa preparación lo hace sentirse muy confiado para el debut de mañana ante su compatriota David Ferrer, en el cierre de la jornada nocturna en el estadio Arthur Ashe. “Creo que la preparación ha estado muy bien, pero el último par de días es el momento en que te das cuenta si estás mejor o estás peor, cuando comienzas a pensar en lo que tienes que hacer. Yo solo estoy tratando de ir práctica por práctica, tratando de hacer las cosas correctas para estar listo”, explicó Nadal, que llegará más fresco que nadie al último Grand Slam de la temporada.

Con ocho torneos y la serie de Copa Davis ante Alemania disputados en el año, Nadal lidera la Carrera a Londres y es el tenista de los top que menos torneos ha jugado, por debajo de los 11 de Federer y los 12 del serbio Novak Djokovic. Con excepción de la lesión que lo marginó en Australia y no le permitió jugar en Acapulco, Indian Wells y Miami, el resto se debió a organización de calendario.

En ello mucho tiene que ver el arribo de Carlos Moyá a su cuerpo técnico, que pasó a ocupar el lugar central que supo tener Toni Nadal, el tío del jugador. “Hay ciertos cambios, sí”, reconoció Moyá en una entrevista en Nueva York con el diario El Español. “No hablo a nivel de juego, hablo de la manera de entrenar, de las horas que pasa en la pista, del descanso, de la gestión del calendario”, explicó el campeón de Roland Garros 1995

Según el entrenador, el equipo sugiere y Nadal dispone. Así se consensuó la baja de Cincinnati. “En otra época hubiese jugado ciento por ciento porque no tenía ningún problema grave, pero ahora se da cuenta de que es difícil llegar a todo. Nosotros nos sentimos muy realizados porque nos escucha y nos tiene en cuenta, aunque las decisiones las toma él”, explicó Moyá.

Un detalle no menor es que los resultados ayudaron, con cinco títulos, una semifinal en Wimbledon y sólo tres caídas en lo que va del año. “Fue una fantástica temporada de arcilla, después Wimbledon y luego un comienzo muy positivo de pistas duras en Toronto, jugando un buen torneo allí. Eso es importante para las sensaciones y para la confianza, además que me dio la oportunidad de descansar la semana siguiente en Cincinnati”, resaltó el campeón de 17 Grand Slam.

Con su nueva fórmula, Nadal aspira a levantar por cuarta vez el trofeo en el Flushing Meadows, hecho que incluso potencia su confianza. “He jugado aquí muy bien muchas veces. Cuando vuelves, sabes que estás familiarizado con las canchas, con el torneo. Sabes las condiciones. Normalmente, tienes un poco más de confianza en que puedes jugar bien. Entonces ganar o perder, es solo parte del juego. Se trata de ser competitivo”, remarcó el número uno del mundo, que a partir de mañana intentará volver a demostrarlo en la pista.