El mayor logro de Ballers (su cuarta temporada va los domingos a las 23 por HBO) es presentar un Dwayne Johnson distinto al que emana su alterego pero siendo fiel a la estela de The Rock. La serie sigue la historia de una gloria de fútbol americano, Spencer Strasmore, que tras colgar los botines se convierte en consultor financiero de otros atletas y jugadores.  Ese juego de carisma, magnetismo físico y testosterona al servicio de la actuación son claves en Ballers, que en estos episodios cambió a Miami por Los Ángeles. “No creo que haya muchos programas con esta temática sobre el negocio del deporte, eso la vuelve bastante excepcional”, asegura Rob Corddy en entrevista con PáginaI12. El actor es un experto en eso de encarnar a tipos cínicos, borders y queribles al mismo tiempo (Hot Tube Time Machine y La mujer de mis pesadillas). Aquí interpreta a Joe, un manager financiero, rápido, perspicaz, de mucha labia, el colega perfecto para humanizar y proyectar a Spencer. 

–Ballers tiene la apariencia de ser un programa “estamina”, sobre todo por la presencia de Dwayne Johnson. A la vez lidia con el enfoque prototípico de la masculinidad. ¿Lo considera así?  

–Es un buen punto. El protagonista es un tipo duro que no habla de sus problemas y eso dice bastante de la masculinidad. No es que se dé cuenta directamente de ello pero está. El resto de los personajes también presentan otros rasgos. Así que, aunque no es directamente sobre masculinidad, está muy presente.  

–A este programa lo han considerado parte del dramedy, pero a la vez tiene ese toque de pareja dispareja, o de bromance, podría inventarse un nuevo género, el de “brodramedy”… 

–Creo que si alguien pudiese definir el género de este programa se haría una carrera. Para mí es un drama de media hora lleno de chistes. Me gusta lo de brodrama, voy a empezar a usarlo.  

–Usted dijo que Joe funcionaba como el superyó de Spencer. ¿A qué se refería con ello?

–Es exactamente eso. Es su identidad. Le permite la indulgencia y a la vez está con él. Eso es Joe.