Existen diversas formas de violencia. El Estado y el capital despliegan todas para persistir en la dominación y la explotación.

La violencia material es la fuerza de los chacales artillados que atacan protestas sociales, comunidades de tierras recuperadas, manifestaciones callejeras, etc.

El capital ejerce la permanente violencia de su poder para condicionar y controlar la vida y la muerte, imponiendo condiciones materiales de existencia desiguales.

Además, está la violencia simbólica, que es como explica Pierre Bourdieu, la que el dominador ejerce con la anuencia del dominado.

Resulta poco menos que repugnante y encoleriza al más calmo escuchar de boca de una funcionaria gubernamental hablar de violencia y violentos cuando ha sido parte de una organización que hizo de la muerte su divisa. Alguien que colaboró, a su modo, con los terroristas de Estado.

La responsable política de la desaparición forzada del militante anarquista Santiago Maldonado y del asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel. Corresponde señalar que frente al despotismo del Estado y el capital es legítima la autodefensa colectiva y solidaria. La digna resistencia.