Cientos de militantes de todo el país protagonizaron ayer el Segundo Encuentro Federal de Derechos Humanos, en el que repasaron los retrocesos desde que asumió Mauricio Macri y debatieron estrategias y desafíos de cara al futuro. La actividad se desarrolló en comisiones en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA). El cierre, coordinado por el diputado Horacio Pietragalla, incluyó la lectura de un documento sobre presos políticos que leyó la esposa del ex ministro Julio De Vido, Alessandra Minnicelli. Concluyó con intervenciones de Eugenio Zaffaroni, quien calificó a los funcionarios de Cambiemos de “títeres” de “corporaciones transnacionales” y definió a su modelo de “totalitarismo financiero”, y el diputado Máximo Kirchner, quien remarcó que “la sociedad en Brasil deseaba votar por Lula pero su compromiso se agotó en su deseo” y propuso militar para que cada argentino asuma “un compromiso con su propio destino”.

El encuentro fue organizado por la Red Federal de Derechos Humanos, que reúne a organismos, organizaciones sociales y políticas, sindicatos y universidades. Hubo de representantes de las secretarías de Chaco, Santa Cruz, La Rioja, Entre Ríos y Santiago del Estero, y de municipios bonaerenses. En el patio del edificio de Abuelas cada comisión repasó sus conclusiones y desafíos: desde la necesidad de fortalecer redes de abogados contra la violencia institucional hasta lograr que se respeten normas que exigen preservar sitios de memoria; desde visibilizar la existencia de presos políticos hasta lograr que la educación sexual integral sea una materia escolar; desde combatir el individualismo y asumir que los sindicatos son la principal herramienta de lucha de los trabajadores hasta lograr que se respeten las leyes que garantizan el derecho a la propiedad comunitaria de los pueblos originarios.

Minnicelli habló junto a familiares de Amado Boudou, del empresario Gerardo Ferreyra y del militante Fernando Esteche. Dijo que en los 70 se calificaba a los enemigos de “subversivos o terroristas” y “ahora de corruptos” y renegó de “la sociedad genuflexa”. “Se montó un lawfare con los cuatro poderes”, los tradicionales más “el mediático, todos funcionando a pleno y en sintonía”, advirtió. El lawfare fue el tema central de un video que derivó en aplausos para Milagro Sala y para Cristina Kirchner cuando afirmó en el Senado que “no me van a hacer arrepentir de nada”.

Zaffaroni advirtió que los retrocesos en derechos humanos son “un fenómeno mundial” y consideró que la disyuntiva de la hora no es izquierda versus derecha sino colonialismo versus soberanía. Consideró imprescindible “repensar el Estado y una nueva Constitución”, llamó a no dejarse vencer por la sensación de impotencia y afirmó que la respuesta es “la lucha política”. Sergio Maldonado exigió “verdad y justicia por Santiago”, repasó episodios de represión, repudió “la soberbia y el cinismo” de Patricia Bullrich y sugirió hacer controles de alcoholemia en el Ministerio de Seguridad. Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, arengó para “comprometerse, no bajar los brazos”, imitar a “las locas que pese a los bastones seguimos de pie”.

Máximo Kirchner planteó que la pregunta con vistas a 2019 es “en qué país queremos vivir”. Recordó que en 2008 Alfredo De Angelis encabezó cortes de ruta que derivaron en desabastecimiento y luego fue senador mientras Maldonado “cortó una ruta y allí quedó su vida”, en tanto Macri como opositor estuvo cinco años procesado por espionaje ilegal y no fue detenido ni allanado. “En ese país quiero vivir yo. No son sólo dos modelos económicos distintos, son dos modelos de entender la vida”, definió.