Los tres jugadores del Chapecoense que sobrevivieron al accidente aéreo que diezmó al equipo en noviembre pasado alzaron ayer en su estadio la Copa Sudamericana 2016, antes de un partido amistoso que el plantel reconstituido jugó ante el Palmeiras. El arquero Jackson Follmann, que sufrió la amputación de parte de la pierna derecha tras la tragedia, enarboló junto al defensor Neto y al lateral Alan Ruschel, el preciado trofeo atribuido al club brasileño a pedido de Atlético Nacional de Medellín, bajo una salva de aplausos. Las esposas de las víctimas del accidente ingresaron luego al césped, donde se les entregaron las medallas que hubieran recibido sus maridos, en una ceremonia cargada de emoción.