La aprobación del presupuesto 2019, más allá de sus consecuencias, marcó el punto de partida del proceso electoral que acabará en las elecciones presidenciales de la próxima primavera. Hasta entonces hay un año por delante, con un cronograma electoral, cierre de listas e inscripción de candidaturas que comienza formalmente en febrero pero que en términos fácticos ya ofrece importantes definiciones. Sobre todo a nivel provincial y municipal, donde las principales figuras ya han manifestado sus aspiraciones con el fin de no “regalar” tiempo ni ceder espacio a manos de sus adversarios, en las PASO inicialmente y en las elecciones generales en definitiva. En la disputa por el sillón del Bridadier es donde se advierte con mayor notoriedad: Antonio Bonfatti, Omar Perotti, Federico Angelini, José Corral, Marcos Cleri y Marilyn Sacnun ya se han definido y de esa media docena de precandidatos –sin perjuicio de las otras fuerzas menores que tendrán sus apirantes— sólo tres disputarán la gobernación pero casi todos participarán de las PASO. En el caso del PJ, es incierta la participación de María Eugenia Bielsa, aun después de la reunión con Perotti en la que sólo acordaron competir eventualmente dentro del peronismo. En el nivel municipal, no habrá inventos ni sorpresas, Rosario no admite productos marketineros ni finas estampas a la hora de elegir su Intendente. La vara está muy alta y habrá que hablar en serio y no ya repetir slogans con sonrisa perfecta.

 

Siempre fuimos compañeros

La reunión Perotti-Bielsa tuvo el resultado esperado por ambos: Acordar que la candidatura del PJ saldrá de una primaria y que esa instancia será “sin sangre”. Esto es que nadie va a maltratar por ninguna razón a un compañero más allá de lo que cada uno haya hecho en los últimos tiempos y proponga para el futuro. El “beneficio de inventario” para tratar de obtener un triunfo en la provincia que no se dá por más de una década y con tres elecciones perdidas. Faltaba saber qué haría Bielsa, pues los otros sectores del peronismo –en las buenas y en las malas— ya se habían expresado en ese sentido.

Perotti va a anunciar su fórmula con Alejandra Rodenas como vice antes de fin de mes. Cleri y Sacnun deberán definir quien juega, o eventualemente quien encabeza en nombre del kirchnerismo una fórmula que diputará con la del senador rafaelino y vaya a saberse si también contra Bielsa, que al parecer tendría avanzada la integración de su fórmula con el senador provincial Danilo Capitani.

Lo que hoy está a la vista es que el peronismo está organizado. La última elección que el Frente Progresista ganó a nivel provincial por 1500 votos, Perotti quedó a 30 mil, una cifra exigua incluso para salir segundo. Con ese piso arranca el PJ, de eso están convencidos todos sus dirigentes, y la puesta en marcha anticipada elimina las ventajas que dio en el 2015 cuando la indefinición de Bielsa trastrocó las estrategias y Perotti largó tarde. El senador sostiene ese argumento diciendo que unos meses después ganó holgadamente su banca en la Cámara alta relegando al cuarto lugar a Hermes Banner, candidato del Frente Progresista. El armado territorial de Perotti con un número importante de senadores proviciales -que en su momento respaldaron a Rodenas para enfrentar a Agustín Rossi en la interna para diputados el año pasado— más un acuerdo con el “Chivo” que podría representar además la candidatura de Roberto Sukerman en Rosario, lo pone al rafaelino un paso por delante de sus compañeros. Cree además que si Bielsa decidiera finalmente competir, dotaría a la primaria del PJ de una potencia que la dejaría en inmejorable condición de cara a las generales. Eso sí, Perotti confía en que será el elegido y no la ex vicegobernadora que tendrá que transformar en votos la intriga de la indefinición, o en todo caso de la no confirmación.

El diputado Angelini tuvo el OK de la Rosada para enfrentar e Corral en las paso.

Sin reelección acabó la discusión

Antonio Bonfatti es el candidato del Fremte Progresista. Hasta ahora el único, y si hay otro en adelante será para que la primaria no sea monocorde o se debilite. No parece ser una preocupación mayúscula en un escenario sin otra fórmula o con una –tal vez radical— que no será difícil de doblegar. Para eso, que hay militancia y movimiento, estará la primaria de Rosario –de la que se escribirá en futuras ediciones— en la que habrá una fuerte disputa por la sucesión de Mónica Fein entre Pablo Javkin y uno, y solo uno, candidato/a del partido socialista.

El desvelo mayor de los estrategas socialistas es encontrar a la compañera de fórmula de Bonfatti. Está claro que será una mujer, del norte, probablemente extrapartidaria, no necesariamente radical. “la Griselda” de Bonfatti sostienen en el círculo dirigencial rememorando la fórmula que Binner integró con la ex fiscal de delitos de lesa Humanidad, e hija del el Gobernador Aldo Tessio.

No está siendo sencillo, pero otra de las preocupaciones internas –jamás reconocida— se ha ido despejando y es la que giraba en torno al rol y discurso del gobernador saliente. En ese sentido, Miguel Lifschitz ha comenzado a adoptar y a hacer públicas algunas definiciones que hasta que cayó su intentona reeleccionista prefería silenciar.

En estos tiempos, y ante la degradada ponderación del gobierno de Mauricio Macri con Santa Fe, Lifschitz toca la misma partitura que Bonfatti, que cuestionaba las políticas nacionales desde antes de ratificarse su candidatura. La robusta primaria que se presume se dará por la candidatura a Intendente de Rosario y la cómoda ventaja que lleva en todos los sondeo Emilio Jatón para ser jefe comunal en la capital provincial, entusiasman a Bonfatti, cuya imagen en el interior es más alta que en Rosario –por el tema de la inseguridad que se multiplicó durante su mandato-. La estrategia contempla además, seguir endureciendo el discurso y esperar el desenlace de la primaria del PJ, donde un triunfo de Perotti podría provocar –según los hombres cercanos a Bonfatti— un corrimiento de votos del peronismo progresista (léase Kirchnerista) hacia sus filas, del mismo modo que profundizar el vínculo con gremios poderosos con los que ya hace tiempo vienen tejiendo redes.

 

PRO-vemos

Angelini vs. Corral. Esa es la pelea si es que llega a darse. Atrás quedaron las especulaciones en torno a uno o varios “empresarios exitosos” del semillero de la Fundación, e inclusive “el lanzado” por la madre de la patria, que dicho sea de paso jamás quiso ser candidato a Gobernador, Luciano Laspina, menos aun después de haber sido el defensor por parte del macrismo del presupuesto de “caída de gobierno” (Dujovne dixit) que le arrebató a la provincia 6 mil millones de pesos por el ajuste.

Off the record tanto Federico como José, así se llaman los candidatos y de ese modo se refieren, creen que el otro “se puede bajar”. Hasta el momento de la caída vertical de la imagen presidencial, se pensaba que lo mejor era evitar internas, de hecho así se manejó Cambiemos en las anteriores elecciones, sino pregúntenle a Jorge Boasso. Pero el cambio de escenario provoca cambios de estrategias, y tanto el Intendente de Santa Fe, como el Jefe del PRO en la provincia, dicen tener el aval de Macri para ir por la gobernación. Entonces, salvo que haya una contraorden, o encuestas que demuestren la inviabilidad de alguna de las candidaturas, se medirán en las PASO. Para ello Corral cuenta con mayor experiencia, los radicales que permanecen dentro de la alianza y el hecho de estar en gestión. Angelini, por su parte, concentra la decisión dentro del PRO y es inequívocamente el hombre de Macri en Santa Fe. Para bien o para mal, eso es así. Al Intendente se le ha complicado la sucesión, ya su delfin perdió las anteriores elecciones y eso no es un dato menor. Para Angelini, que ya ha anunciado que el único candidato del Pro, y seguramente de todo cambiemos, será Roy López Molina, es una incógnita la performance. Aquella interna con Ana Martínez para dirimir quién encabezaría la nomina de concejales en Rosario no tiene chances de reeditarse. Lo mismo que la “elección de tercios” del 2015, al menos eso dicen las encuestas.

De todos modos, es en este sector políico donde quedan algunas dudas en torno a la definición. Desde ya que piensan equilibrar sus fórmulas “cruzando” rosarinos con santafesinos. Pero lo que parece seguro es que no será entre sí. Al menos Angelini descartó por completo ser el dos de Corral, y después de eso al intendente no le quedará otra alternativa de decir lo mismo si es que se lo preguntan. En cualquier caso, lo que hay que decir, que como en las anteriores definiciones, y a diferencia de los otros partidos políticos, la palabra final no está en Santa Fe ni en Rosario, sino en la Casa Rosada, y eso relativiza, entre otras cosas las declaraciones de los candidatos.