El presidente Mauricio Macri busca definir la estrategia electoral para los comicios de octubre próximo. En ese contexto mantuvo una extensa reunión con los gobernadores Gerardo Morales de Jujuy, el mendocino Alfredo Cornejo y la dupla gobernante de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli en Villa La Angostura. Durante el encuentro, el Presidente les habló de la necesidad de poner todo el esfuerzo y el aparato electoral en beneficio de su reelección. Condición necesaria para que las administraciones provinciales de Cambiemos continúen gozando de los beneficios de ser oficialistas. Según uno de los participantes, el encuentro se repetirá en febrero para afinar aún más la estrategia que, como se habló, está atada a que la economía no se desmadre.

La reunión necesitó de viajes relámpagos de los mandatarios que llegaron para almorzar y una vez concluida la charla retornar a sus distritos. Estuvieron hablando algo más de tres horas donde se habló de la situación económica que atraviesa el país, la realidad política de cada uno de los distritos allí representados y por último las elecciones nacionales. Este último punto es el que más atención le puso Macri.

Sobre la situación económica Macri les pintó un panorama un tanto optimista. “El Presidente prevé una leve mejoría en la economía que se expresa de manera continua”, aseguró uno de los comensales a PáginaI12. Macri, como siempre, recurrió a frases del fútbol para graficar sus pronósticos económicos: “Paso a paso vamos mejorando”, dicen que dijo y lo tradujeron en que esa mejoría será “suave”. En ese contexto se habló de la conveniencia de mantener la polarización con la ex presidenta Cristina Kirchner. “Nos beneficia”, dijo uno de los participantes del mitin pero también reconoció que ese escenario se mantiene si es que no hay un desmadre en la economía como el que se vivió en 2018. Si ese escenario no se presenta, la intención es insistir con la supuesta herencia negativa de CFK sin descuidar el eje de la inseguridad.  

En principio los tres jefes de distrito que se encontraron con Macri no pusieron reparos a la hora de tener que unificar sus comicios con los nacionales. Coincidieron en la necesidad de realizar reuniones periódicas para analizar la evolución de la coyuntura y poder decidir con tiempo si se desdoblan o unifican las elecciones. “Si necesitamos un triunfo antes de las nacionales cualquiera de nosotros podrá adelantar las elecciones”, reconoció ante este diario otro de los protagonistas del almuerzo. En ese sentido indicó que la fecha de las elecciones bonaerenses se evalúan con los mismos parámetros pero no dio razones de la ausencia de la gobernadora María Eugenia Vidal.

En rigor, tanto Morales como Cornejo no ven en el horizonte de sus propios distritos el peligro de una derrota. Ambos hablan de los altos índices de aceptación que tienen sus gestiones pero también reconocen que deben acomodar sus situaciones internas. Por el lado del mendocino, que no tiene reelección según lo manda la Constitución provincial, busca que su sucesor sea también radical y como tal necesita que la Casa Rosada le ponga un freno a las aspiraciones del representante del PRO en Mendoza, el intendente de Luján de Cuyo, Omar de Marchi. Por su lado, Morales también tiene que reordenar la interna provincial donde participan sectores que forman parte del armado del Frente Renovador pero ahora Sergio Massa ha dado muestra del abandono de la ancha avenida del medio y se expresa como un opositor a la gestión macrista. A su turno, Rodríguez Larreta tampoco puso objeciones a la necesidad de someter la estrategia local a las necesidades de la Rosada. Está claro, a ninguno le conviene ganar en sus distritos con un gobierno nacional de otro signo.