Un grupo de productores rurales de la localidad de María Teresa, en el sur provincial, denunció la existencia de una organización dedicada a robar ganado en los campos de la zona, de manera planificada, y requirieron de la intervención de las autoridades.

La revelación surgió a partir de una sucesión de casos de abigeato que ocurre desde hace meses. Los hacendados acudieron al vicepresidente comunal, Julián Palarich, para expresar su malestar. "Entienden que ya no son robos aislados sino que se trata de acciones con cierto nivel de planificación, estructura y comercialización que denotan la existencia de bandas delictivas organizadas que operan en la región", indicó la autoridad de ese pueblo de 4500 habitantes, distante a 180 kilómetros de Rosario, en el departamento General López.

Según contaron, son unos 17 productores de ese distrito que promovieron un reclamo al Ministerio de Seguridad, a cargo de Maximiliano Pullaro, también oriundo de esa región.

"Fue una reunión muy cordial pero hubo un intenso intercambio entre los productores que culmina con la redacción de estos puntos que, junto con una carta de la Comuna, se enviará a las autoridades políticas, además de hacerse público para que la población pueda estar al tanto de los detalles de esta circunstancia", aclaró Palarich.

El petitorio impone lo siguiente: "Las medidas que se conminan a adoptar en lo próximo son: mayor presencia policial en la zona rural, como asimismo el incremento de recursos para los mismos a los fines de realizar mayores controles dejando constancia que el jefe de Los Pumas (la policía rural) procede con diligencia y celeridad ante los reclamos pero no cuenta con los recursos necesarios; que los organismos encargados de controlar el sistema cárnico -Senasa, Ansal, entre otros- realicen controles en los establecimientos comerciales e informen a la comunidad sobre los peligros de comprar carne procedente de faena clandestina; reclamar un mayor compromiso del Poder Judicial, y de las comisarías locales".

Los productores que estuvieron presentes en la reunión afirmaron que la situación crea un clima de "miedo e inseguridad" y que estos casos pueden derivar en una ola de delitos con mayor violencia y consecuencias aún más lamentables.