El presidente Nicolás Maduro dijo estar "listo" para el diálogo con la oposición, tal como lo propusieron en un comunicado conjunto las cancillerías de México y Uruguay. "Estoy de acuerdo", agradeció Maduro el respaldo recibido de parte de ambos países que, junto con Bolivia, fueron los únicos de latinoamérica en rechazar la estrategia coordinada desde la Casa Blanca para validar la autoproclamación del titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como "presidente encargado". 

Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, que se diferenciaron así de las posiciones asumidas por Colombia, Brasil y Argentina, convocaron a un "nuevo proceso de negociación incluyente y creíble", muy lejos del prematuro reconocimiento que obtuvo Guaidó de quienes se alinearon detrás de Estados Unidos. Una posición similar adoptaron la Unión Europea y la ONU, cuyo secretario general, Anotonio Guterres, recibió el martes pasado al canciller venezolano. 

"México y Uruguay urgen a todos los actores a encontrar una solución pacífica y democrática frente al complejo panorama que enfrenta Venezuela. Para alcanzar dicho fin, ambos países proponen un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos", destaca el comunicado de ambas cancillerías. El nuevo proceso de diálogo reconoce el reciente y fracasado intento que lideró el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, con el respaldo de Francisco, tras los enfrentamientos registrados durante las masivas movilizaciones de fines de 2016 y principios de 2017. 

"Los gobiernos de México y Uruguay propusieron un proceso de diálogo para resolver los conflictos en Venezuela; les digo que estoy de acuerdo y listo para iniciar el diálogo", aseguró Maduro durante el discurso pronunciado esta tarde ante los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), quienes rechazaron la autoproclamación de Guaidó.  

En su discurso, Maduro bajó el tono de la ruptura de relaciones con Estados Unidos al anunciar que había extendido el plazo de 72 horas para que los diplomáticos norteamericanos abandonaran Venezuela, y anticipó que para su gobierno la autoproclamación de Guaidó era un tema judicial. "Esto queda en manos del Poder Judicial; la justicia es la madre de todas las virtudes republicanas; es un tema que escapa a mis propias funciones", indicó el mandatario constitucional, quien descuenta un fallo favorable de parte del máximo tribunal.