De viajes y fortalezas

Canta Litto Nebbia. Dicen que viajando se fortalece el corazón; que andar nuevos caminos te hace olvidar del anterior. Y agrega: Ojalá que eso pronto suceda así podrá descansar la pena hasta la próxima vez. En efecto, si el viaje es voluntario es posible que nos aguarde el goce de nuevos paisajes y nuevos vínculos con personas; animales o plantas. Si en cambio es forzado nos espera la soledad y el dolor. Estoy pensando en mis abuelos migrantes de la miseria y el hambre como tantos miles ayer y hoy en todo el mundo. Pienso en Sacco y Vanzetti cruzando el Atlántico en la búsqueda de trabajo y ejecutados en Estados Unidos en la silla eléctrica por sus ideales y acciones de luchadores sociales anarquistas. En Simón Radowitzky rumbo al presidio de Ushuaia encerrado 20 años. Evoco todos los exiliados y desterrados como Alberto Belloni; Augusto Roa Bastos; Alexander Berkman y Emma Goldman expulsados de EEUU y luego de Rusia. Primero Wilson después Lenin. Pienso en el poeta Ossip Mandelsthan que no se doblego ante Stalin y sus esbirros. No puedo dejar de pensar en las mujeres y hombres víctimas del tenebroso Plan Cóndor de las dictaduras de los 70 en Latinoamérica. Y en los últimos años, en los que viajan desde México en el tren la bestia. Viajes. Encuentros y desencuentros la vida que fluye, los peligros que acechan. La obsesiva búsqueda de la libertad humana.

Carlos Solero