Una de las mujeres católicas entrevistadas para el estudio exploratorio –dirigido por los docentes de la Universidad Nacional de Córdoba Juan Marco Vaggione y María Teresa Bossio– que se sometió a un aborto con Misoprostol dijo: “(...) le agradecí a Dios que no tuve secuelas físicas, que no me pasó nada, que fue completo, en eso sí.” La frase pertenece a Jimena, de 36 años.

Otra de las entrevistadas, Andrea, estudiante universitaria, de 21 años, se refirió a cómo cambió de idea en relación a pensar a un embrión como persona: “(...) yo antes también era una persona que consideraba que la vida era desde la concepción. Yo también lo pensaba de ese modo, y en el momento en que me tocó esto, si bien a mi me marcó mucho tener que sentirle los latidos, fue, saber que en realidad, no, si una mujer necesita interrumpir un embarazo, es por su bien, porque así lo ve, en determinadas circunstancias ¿no?, para mí, que la vida es desde que está totalmente desarrollado, y bueno, y más que todo desde que nace, que es cuando una se tiene que dedicar a cuidarlo y a ser madre todos los días. Que de hecho yo considero que cumplo ese papel muy bien”.

Patricia, de 45 años, contó: “Lo del aborto lo confesé una sola vez con un cura y me espantó así que no lo converse nunca más. Me pasó que le dije al padre que había abortado hace muchos años, y me dijo que si me había arrepentido, que si lo volvería hacer... y yo lo dije “no sé”... porque no sé, esa es la verdad (...) entiendo que todos los curas tienen diferentes formas de ver las cosas, entonces yo dije bueno lo voy a tomar como que él tiene esa manera de pensar y él me juzga a mi diciéndome eso(...) ellos juzgan y te dicen, se sienten con derecho”.

Melina, docente, de 37 años, dijo: “Incluso entre nosotras es como un tema tabú decir lo que nos pasa, entonces yo me preguntaba. Qué pasaría si empezáramos a transparentar esto, lo que nos pasa. Qué pasaría si las mujeres católicas, ultra católicas, no tan católicas... personas, digamos, no militantes del aborto [habláramos]. (...) Entonces yo me pregunto, que pasaría si nosotras empezáramos a transparentar esto”. 

Sobre la decisión del papa Francisco de 2016 de conceder a todos los sacerdotes la facultad de absolver “de ahora en adelante” a “quienes hayan procurado el pecado del aborto”, Ana, de 61 años, dijo: “yo creo que el perdón te lo da Dios. (...) te lo da Dios y tu conciencia, para mi es así. Si él puede rezar, como él reza, y como capaz que lo que él quiso decir, pedir a Dios por las mujeres, creo que es eso lo que quiso decir, pero que él va rezar, va a pedir por nosotras, por los que estamos así, pienso que eso es lo que él quiere decir. (...) porque yo digo, él es el Papa, está acá para guiarnos, a nosotros (...) a la Iglesia, yo no me voy a creer de decir, si él tiene el poder de perdonar (...). Porque él estando más cerca su oración llega más, aunque yo sé que si yo rezo con fe, igual llega a Dios. Pienso que eso es lo que quiso decir, no decir que él va a perdonar”.