Los números son contundentes. De cada cien mujeres que trabajan en la Justicia, sesenta y tres son secretarias o administrativas y tan solo veintisiete acceden a cargos de poder. La situación opuesta se da para los varones: si bien constituyen solo el 43 por ciento del plantel general, el 63 por ciento de los cargos de jerarquía están ocupados por ellos.

Los obstáculos que tenemos las mujeres para acceder a cargos jerárquicos dentro de la Justicia son muchas veces los mismos obstáculos con los que nos encontramos a la hora de realizar denuncias o de acceder a medidas judiciales de protección en casos de violencia de género. La inclusión de las mujeres en estos espacios es crucial para aportar una mirada necesaria sobre los conflictos en los que se debe intervenir.

Hace poco más de un mes, el gobierno porteño dio a conocer a su candidato a Fiscal General de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, quien no solo no acredita un criterio mínimo de autonomía (es un hombre fuerte del riñón de Angelici), sino que además tampoco acredita estudios mínimos en género y derechos LGTBIQ.

¿Cómo podría alguien que jamás estuvo siquiera interesado en el tema garantizar una perspectiva que no tiene y dar respuesta frente al caudal enorme de causas por violencia de género en la Ciudad?

El gobierno de Rodríguez Larreta usa la retórica sobre los derechos de las mujeres y los carteles bonitos para implementar demagogia punitiva en la Ciudad. Por eso decimos “no en nuestro nombre”. Necesitamos una mirada feminista en la justicia argentina y eso sólo se logra con las compañeras ocupando los cargos. 

La Ciudad de Buenos Aires tiene hoy una oportunidad histórica: poner al frente del Ministerio Público Fiscal a una mujer. Un organismo que, durante más de veinte años, ha tenido sólo titulares varones. Según el informe 2018 de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, de los Ministerios Públicos de la Ciudad, el fiscal es el que tiene la menor proporción de mujeres fiscales. ¿Es justa una Justicia que sólo cuenta con la mirada de los varones?

Esta oportunidad significaría un gran paso en materia de género: implicaría comenzar a desarmar estereotipos y obstáculos, e incorporar la perspectiva de género en el proceso de designación. La Ciudad tiene hoy la posibilidad de que una parte de la Justicia se empape de las transformaciones sociales que ha logrado el feminismo. El gobierno porteño tiene la oportunidad de demostrar que la perspectiva de género no es algo de lo que sólo se acuerda a la hora de sacarse la foto con el cartel de #NiUnaMenos. Tiene la oportunidad de transformar la Justicia en la Ciudad de Buenos Aires.

* Legisladora porteña (Unidad Ciudadana).